Ya no será necesario, de hecho, que un funcionario atienda a un interesado al otro lado del mostrador para comprobar ciertos certificados, consultar impuestos y gestiones similares. Cajeros automáticos, parecidos a los de las entidades bancarias, servirán en los próximos años para acelerar y facilitar los trámites relacionados con Hacienda.

Estos cajeros estarán ubicados en las distintas sedes de la Hacienda vizcaína, según explicó ayer el diputado foral de Hacienda y Finanzas, José María Iruarrizaga, quien adelantó en las Juntas Generales los planes y objetivos de su departamento para la legislatura actual, entre 2007 y 2011.

Y entre ellos, facilitar la declaración de la renta de los vizcaínos. Para ello, Hacienda ya no solicitará documentos como certificados tributarios o el libro de familia cuando se confecciona la declaración de la renta. «Ya disponemos de estos datos a un clic de ordenador», explicó. Además, todos los contribuyentes tendrán una dirección de correo electrónico para comunicarse con la Hacienda.

Lucha contra el fraude

Pero uno de los objetivos más firmes de la legislatura será la lucha contra el fraude. Según detalló Iruarrizaga, las oficinas tributarias reforzarán al máximo sus sistemas de información para «conocer el nivel real de la renta» de todos los contribuyentes.

De ese modo, se captará información de las entidades necesarias, tanto públicas como privadas; se acudirá a los registros mercantiles y, si hiciera falta, a instancias europeas, para evitar el fraude fiscal. En los últimos cuatro años, la Diputación ha detectado alrededor de 700 millones de euros en fraude fiscal.

La declaración, sin salir de casa

Las nuevas tecnologías se han aliado con la puesta al día de nuestras cuentas. Cada vez más vizcaínos hacen su declaración de la renta por medio de Internet. En la última campaña lo hicieron a través de la Red el 11,80% de los contribuyentes. Pero también se puede hacer la declaración sin salir de casa y sin necesidad de Internet. El 25% de los vizcaínos hace su declaración con el programa Rentanet Etxean, en el que la Diputación manda los papeles a casa y sólo hay que entregarlos.