Pese a las peticiones de las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, la Conselleria de Educación no contempla dotar a los colegios alicantinos de cuidadores en educación infantil. De este modo, los padres tendrán que seguir yendo a los centros educativos para cambiar de ropa a sus hijos, de tres a seis años, en caso de que se miccionen o defequen encima, o si al vomitar se ensucian el vestuario.

Según fuentes consultadas de la Conselleria de Educación, los escolares de estas edades «controlan sus esfínteres» y cuando ocurre algún caso es algo «ocasional». Joaquín García, de la Federación de APAS Gabriel Miró, no opina lo mismo y apunta que la falta de estos monitores «causa numerosos trastornos a las familias para conciliar la vida familiar y la laboral».

Para la FAPA, el verdadero perjudicado es el alumno porque «sufre la falta de acuerdos de las instituciones. A veces no se localiza a los padres y el escolar tiene que esperar manchado. No tienen ninguna responsabilidad y nos parece muy triste y lamentable que se le haga sufrir por la falta de planificación». Lo que exigen desde la FAPA Gabriel Miró es «que se atienda debidamente a los alumnos porque ahora no están bien atendidos».

Enfermeras... puede ser

Otra de las reivindicaciones de los padres es la instauración de la figura del enfermero escolar, si bien, no en todos los centros, al menos en uno por área. Pues bien, la Conselleria de Educación «está estudiando» implantarlo, según confirmaron ayer. En la provincia de Alicante hay en Mutxamel, en Petrer, Salinas, Aspe, Elche o Benimantell, y el Ayuntamiento de Alicante también lo está estudiando.