Urgencias de Basurto se colapsa en la última semana

«Un caos total», según el comité de empresa. La dirección ordena a las enfermeras realizar más pruebas a los pacientes tras el juicio a seis médicos.
El servicio de urgencias del Hospital de Basurto fue ayer un «caos total». Sobre las 13.00 horas, decenas de pacientes se hacinaban en los boxes, en la sala de espera y en los pasillos. La afluencia de enfermos fue tal en esas horas que el «poco» personal que trabaja a diario en el centro no daba abasto, según denuncio el comité de empresa. Pero no es cosa de un día.

Según ha sabido 20 minutos, las largas colas vienen sucediéndose en el hospital desde la celebración, la semana pasada, del juicio contra seis médicos de urgencias imputados por homicidio imprudente en la muerte de un paciente por apendicitis. La dirección envió una circular al personal para que pusiera todo el celo posible en el trato a los pacientes, conminándoles a realizar pruebas a todos y cada uno de ellos. «Tenemos que ‘constantear’ (tomar las constantes vitales al enfermo) a todos, aunque vengan sólo porque les duele la muñeca», señala una enfermera.

Este tipo de trabajo lo tienen que realizar las propias enfermeras de ‘triaje’, que son las que se encargan de clasificar a los pacientes en función de su gravedad, y deciden dónde hay que ubicarlos una vez que se les han tomado los datos. En Basurto, el ‘triaje’ lo conforman tres personas y no pueden con todos los pacientes. «Y si llega un paciente muy grave, con un navajazo, por ejemplo, o de un accidente, una de las enfermeras se va con él, con lo que las colas son horrorosas».

Otra de las causas del colapso, según los propios trabajadores, es el inicio de las obras en el servicio, lo que obliga a los familiares a acumularse en una zona muy pequeña. «Y eso sin contar los enfados de muchos de ellos».

No había camas para 36 pacientes

El comité de empresa del Hospital de Basurto denunció ayer el colapso vivido en el centro y criticó que, mientras esto ocurre, «Osakidetza sigue reduciendo el número de camas por habitante». Según los representantes de los trabajadores, a la hora de mayor caos, la zona de boxes, habilitada para 18 pacientes, «estaba doblada». Un total de 36 pacientes pendientes de ingreso no disponían de camas en el hospital. «Esta situación no puede seguir así», insistieron.

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