Las hay de todo tipo: desde las sencillas, pasando por las que incluyen foto, hasta las que parecen un santuario.

Las tumbas donde descansan los malagueños que nos dejaron empiezan a tomar color ahora que se acerca el día de Todos los Santos.

Con motivo de esta efeméride tan señalada, el cementerio se puebla de gente que deja a su paso por el camposanto anécdotas de todo tipo.

Estrella Rodríguez es una tendera del cementerio. Ella se encarga de vender vasos de plástico, entre otros utensilios que generalmente demandan los clientes. Entre sonrisas narra una anécdota que le había ocurrido con una clienta. La mujer había llegado irritada y muy sulfurada a la tienda.

«¿Tiene usted de éstos de plástico? (refiriéndose a depósitos para flores)», le preguntó. «Es que he ido a ponerle uno a una tumba mía que no tenía y se lo he cogido a la de al lado. La otra familia me ha visto y me ha liado un escándalo tremendo», reconoció apurada.