Universitarios en terapia contra su machismo: "Quería poner freno a mis actitudes violentas"

Marc lleva un año en terapia contra el machismo.
Marc lleva un año en terapia contra el machismo.
MIQUEL TAVERNA
Marc lleva un año en terapia contra el machismo.

"En un momento de mi vida observo que soy responsable directo de actitudes violentas con las mujeres que me rodean y para poner freno a eso, para controlar más y gestionar mejor mis emociones, busco ayuda profesional". Marc (nombre ficticio), de 21 años, acudió primero a una profesora de la Universidad con su inquietud. Ella fue quien le remitió a Conexus, el gabinete psicológico pionero en Barcelona en terapias destinadas a erradicar actitudes machistas en los hombres.

Esta asociación de psicólogos y terapeutas —que dio sus primeros pasos en atención al machismo con hombres que voluntariamente querían revisar sus masculinidades— diseño hace dos años un programa específico para ayudar a jóvenes a revertir conductas machistas. A día de hoy mantienen convenios con cinco universidades catalanas, donde desarrollan servicios de formación en violencia de género y de atención, tanto a mujeres estudiantes víctimas como a hombres que alguna vez han ejercido violencia en sus relaciones de pareja.

Oriol Gines, fundador de Conexus, defiende que "cuanto antes se intervenga, cuanto más jóvenes sean los hombres, más eficaz resulta la terapia".

En España el 17,8% de las mujeres de 16 a 24 años (una de cada cinco chicas) afirma haber sufrido violencia de control por parte de su  pareja en los últimos 12 meses, un porcentaje muy por encima de la media (9,6%) del conjunto de mujeres españolas. Son datos de la macroencuesta del Ministerio de Sanidad.

Otro estudio, más reciente, y realizado en universidades españolas arroja que la mayoría del alumnado universitario español (62%) ha vivido o conoce a a alguien que ha vivido situaciones de violencia machista dentro del contexto universitario. Sin embargo, sólo el 13% identifica esta situaciones en un primer momento. Y el 91% de las víctimas decidió no denunciar la situación, aunque el 66% de las víctimas se lo contaron a alguien.

Durante los últimos 16 meses, Marc, el universitario catalán, ha combinado sesiones de terapia individual y grupal. Con la ayuda de su psicólogo, dice haber conseguido cambiar algunas de las conductas que generaban reproches entre las chicas de su entorno.

"No fue tanto una persona concreta. Tenía relaciones esporádicas y no era muy claro con esas chicas. Me aprovechaba de mi relación de poder y, si bien no tenía actitudes agresivas con ellas, sí les hacía daño mi indefinición. Ellas se sentían utilizadas", describe.

Sin demasiadas expectativas sobre el tratamiento psicológico, Marc dice que se sintió "respaldado" y "escuchado", y que se enganchó a unas sesiones en las que ha aprendido a "reconocer cómo me siento en cada momento, pues antes era un analfabeto emocional, y también a poder expresarlo".

Su comportamiento previo con las mujeres lo define como "el típico del rol masculino" que, según explica, consiste "en ejercer el poder y los privilegios por ser hombres y usarlo a costa de ellas, de las mujeres".

Todavía no piensa que esté libre de machismo, aunque ahora se mira de forma diferente. "Sé que soy machista pero ya puedo intentar ponerle remedio en todos los aspectos de mi vida".

Este universitario recomendaría a todos los hombres de su entorno probar terapias como la suya, destinadas a "erradicar o disminuir la violencia machista" y a "favorecer el desarrollo y construcción de relaciones respetuosas". Sin embargo, opta por esconderse detrás de un seudónimo. Dice que porque parte de su entorno "los interpretaría como un signo de debilidad".

"Digamos que sé que este proceso me sirve a mí como persona, pero no me sentiría cómodo haciéndolo público a todo mi entorno porque aún está mal visto que uno se revise como hombre".

Marc, junto a otra decena de universitarios más, acude solamente ya a las reuniones bisemanales del grupo de atención a hombres en el centro de Barcelona. Asistidos por un psicólogo, en estas sesiones se exploran "nuevas formas de relación no violentas ni abusivas" con las mujeres. Él todavía dice no haber puesto fecha de finalización a su proceso personal, "porque no es un trabajo a alcanzar en un punto concreto", describe. "Siempre hay cosas que puedes mejorar, por eso seguiré".

Entre los logros conseguidos hasta la fecha destaca que las mujeres de su entorno le reconocen "más receptivo" y le dicen que se sienten "escuchadas y comprendidas". "Y yo siento menos peso sobre los hombros al no tener que estar todo el tiempo fingiendo que nada me importa".

"Me sentía más débil antes de tomar conciencia de que era machista", asegura Marc.

¿Cómo participar en la carrera? Las personas interesadas en participar en la carrera solidaria 'Hay salida contra la violencia de género' ya pueden inscribirse a través de la web carrerahaysalida.es La tarifa para obtener el dorsal es de 7,60 euros (para la carrera de 5km) y de 10,60 euros (la de 10 km). el evento arrancará el 11 de junio desde la esquina de la calle Alfonso XII con la Cuesta de Moyano (en Madrid). Hay un límite de 5.000 participantes.

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