Los médicos del Albaicín, hartos de sufrir amenazas

Ayer pararon varias horas después de que uno de sus facultativos fuera amenazado con un cuchillo por un paciente. Salud pondrá más vigilantes.
El personal médico y sanitario paró ayer durante un par de horas en solidaridad con su compañero amenazado (el de la derecha). (Torres)
El personal médico y sanitario paró ayer durante un par de horas en solidaridad con su compañero amenazado (el de la derecha). (Torres)
El personal médico y sanitario paró ayer durante un par de horas en solidaridad con su compañero amenazado (el de la derecha). (Torres)

«Volvió diciendo que quería hablar conmigo, pero fuera de las instalaciones. Unos compañeros me avisaron de que lo habían visto guardarse un machete en la gabardina». El médico F. J. V. relató así ayer a 20 minutos los momentos de tensión vividos en el centro de salud de Albaicín hacía un rato. Pero la disputa comenzó antes.

Durante una exploración rutinaria a una paciente, el acompañante se puso muy nervioso.

«Me gritó que yo no era médico, me arrancó la acreditación y me dijo que me iba a partir la cara», explicó este facultativo. Tras la segunda visita del hombre, avisaron a la Policía, que lo identificó, pero no lo detuvo porque no había arma ni denuncia, aunque sí encontraron un cuchillo tirado en la zona.

Después del incidente, el personal del centro paró de trabajar y se concentró en la puerta.

Exigen vigilancia todo el día, no sólo en las horas de reparto de metadona.

El director, Manuel López, adelantó que Salud tiene previsto un plan para poner seguridad en los centros que no la tienen todavía. El doctor agredido no ha denunciado porque vive en el barrio y teme represalias, aunque sí se tomará un descanso. Según el Sindicato Médico, en lo que va de año, unos 20 facultativos han sido agredidos, insultados o amenazas en Granada. Eso, sin contar a los enfermeros y al resto de personal sanitario.

Ponen por primera vez un desfibrilador automático a un bebé de sólo 56 días

Es una operación pionera en Europa. El hospital Virgen de las Nieves de Granada es el artífice de esta intervención, tras diagnosticar la dolencia cardiaca que sufría la pequeña Sara cuando aún estaba en el útero materno. La novedad de la operación radica en que el desfibrilador, que detecta posibles arritmias y trata de corregirlas mediante una descarga eléctrica, se introdujo por debajo del esternón y no fue enclavado en ninguna estructura cardiaca. Según el cirujano Abdallah Abdul, que dirigió la intervención, no se pudo seguir la técnica usada con adultos de introducir por vena, pues eran demasiado estrechas.

Por las características de la paciente, menos de dos meses de vida y 4,5 kilogramos de peso, se localizó el desfibrilador más pequeño del mundo que, no obstante, está diseñado para un adulto. La niña sufre un tipo grave de arritmia que afecta a uno de cada 5.000 recién nacidos.

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