Las bombas de racimo

El Ejército israelí esparció 1,2 millones de estos explosivos en el Líbano. 20minutos.es estrena el cuarto capítulo del documental ‘Un día más con vida’.
Un niño junto a una bomba de racimo en el Líbano. (Hernán Zin)
Un niño junto a una bomba de racimo en el Líbano. (Hernán Zin)
Un niño junto a una bomba de racimo en el Líbano. (Hernán Zin)

A veces pensamos que las guerras terminan con el alto el fuego. Pero lo cierto es que continúan, no sólo en los heridos, en la familias que lo han perdido todo, sino también en la munición que queda sobre el terreno.

Durante los últimos tres días de combates entre Israel y la guerrilla de Hezbolá, en el conflicto que los enfrentó en el año 2006, el Ejército israelí lanzó sobre territorio libanés 1.800 bombas de racimo que esparcieron a su vez 1,2 millones  de minas. «Lo que hicimos allí fue una locura, algo monstruoso», declaró al periódico Haaretz uno de los comandantes israelíes responsables de aquella acción.

Una «locura», un último acto desesperado del Gobierno de Ehud  Olmert, que, tras 33 jornadas de ataques masivos, finalmente comprendía que no podía vencer a Hezbolá, y cuyo precio la población del Líbano sigue pagando, ya que las bombas de racimo, que en un 40% de los casos no explosionan al llegar al suelo, se convierten en minas antipersona.

Ni juguetes ni perfumes

En este cuarto capítulo de Un día más con vida, la primera serie documental producida para Internet, coincidiendo con la semana del desarme de la ONU, no sólo conozco de primera mano a niños que cogieron los explosivos del suelo pensando que eran juguetes o frascos de perfume, con las terribles secuelas físicas que eso les causó; además, acompaño a un grupo de artificieros que cada día ponen en riesgo su integridad para tratar de desactivar y recoger las bombas de racimo.

Una experiencia que comenzó con una charla nada tranquilizadora del responsable de la misión. «Hossam, el paramédico, estará detrás nuestro. Si hay algún problema, no os mováis. Sacaremos a la persona accidentada», nos dijo segundos antes de que  nos lanzáramos al terreno.

Una campaña mundial

Uno de mis primeros destinos, a principios de los noventa, fue Camboya. La misión de la ONU acababa de desembarcar, y los jemeres rojos controlaban aún partes del país. No pasaba un día sin que tuviera que ir a ver a una víctima de las minas antipersona. Hoy, la comunidad internacional ha puesto en marcha una campaña para prohibir las bombas de racimo. La fecha prevista para el acuerdo sería marzo de 2008. Y la emisión en 20minutos.es de este nuevo capítulo de Un día más con vida intenta alentarnos a que sumemos nuestro apoyo a esta iniciativa.

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