Si el médico de su consultorio se pone malo con gripe, lo más seguro es que tenga que desplazarse al pueblo más cercano, y rezar para que allí otro facultativo esté disponible y le trate. Este problema afecta desde finales de septiembre a miles de sevillanos.

Al Servicio Andaluz de Salud (SAS) no le queda dinero para sustituir al personal sanitario y no sanitario de los ambulatorios que se den de baja por enfermedad, maternidad, días libres o vacaciones. A estas alturas del año no le queda un céntimo del presupuesto de 2007.

Según explican en el propio SAS la causa es la aplicación de la nueva norma que obliga a dar descanso desde este año a los médicos después de hacer una guardia. Para cubrir esas ausencias se ha tenido que contratar a eventuales, que ya se han comido los fondos disponibles.

El problema afecta a toda la provincia, pero en el caso del Distrito Sanitario Norte, que cubre a los 58.500 habitantes de 18 pueblos como Carmona, Lora del Río, La Rinconada o Guillena, se lo han dicho por escrito.

Según el comunicado, las bajas de los médicos se cubrirán con «los profesionales contratados a tiempo parcial» (ver apoyo). Y conductores o celadores sólo podrán cogerse «los días de libranza, exceso de jornadas o consultas médicas» si entre los compañeros se las apañan.

El Sindicato Médico Andaluz dice que ahora el SAS «cosecha lo que ha sembrado», y denuncia la falta de previsión que le ha llevado a «tan mala gestión de la política de personal en los centros».

La ‘plantilla colchón’ del SAS paga los platos rotos

Más trabajo y sin compensarlo. En Sevilla capital, un grupo de 86 médicos, conocido como Plantilla Colchón,  cubre las libranzas del personal de plantilla. Han de estar disponibles de ocho de la mañana a ocho de la tarde para ir al ambulatorio que los necesite a cambio del 75% del sueldo que cobran los médicos a los que sustituyen.

La falta de dinero también afecta al servicio de urgencias médicas que acude a los domicilios. Así que el SAS acaba de obligarlos a ampliar su jornada hasta las doce de la noche para cubrir también las bajas de este servicio. Surgen dos problemas: tal función no figura en sus contratos, y la longitud de tal jornada.

Pero están entre la espada y la pared: en enero han de renovar sus contratos basura.