Rita Barberá, exsenadora y exalcaldesa de Valencia, falleció el pasado 23 de noviembre en el hotel Villarreal de Madrid debido a un fallo multiorgánico provocado por la cirrosis que sufría, según ha revelado este domingo el diario El Mundo, que ha tenido acceso a la autopsia de la política del PP.
Al parecer, la cirrosis de Barberá era irreversible. Además, sufría ascitis, líquido en el abdomen, causada por la hipertensión de las venas que llevaban sangre al hígado, debido precisamente a la cirrosis.
El Mundo revela además que el riñón de la exalcaldesa de Valencia estaba muy deteriorado y los forenses extrajeron gran cantidad de líquido infeccioso del cuerpo, debido a que el hígado no purificaba.
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