La campaña de Fillon se enturbia por la polémica sobre el trabajo de su mujer

  • Se sospecha que Penelope Fillon tuvo un trabajo ficticio como asistente parlamentaria.
  • Durante ocho años ingresó 500.000 euros de dinero público.
  • También cobró 100.000 euros por dos artículos en la revista "Le Canard Enchaîné".
El exprimer ministro François Fillon junto a su mujer Penelope.
El exprimer ministro François Fillon junto a su mujer Penelope.
GTRES
El exprimer ministro François Fillon junto a su mujer Penelope.

La campaña del candidato de la derecha a las presidenciales francesas de abril, François Fillon, se ha visto enturbiada porque se sospecha que su esposa tuvo un trabajo ficticio como asistente parlamentaria suya, que ha llevado a abrir una investigación cuyos primeros interrogatorios empezaron hoy.

El conocido en Francia como "Penelopegate", en referencia al nombre de la esposa, se desató el miércoles, después de que el semanario satírico "Le Canard Enchaîné" publicara que tuvo durante ocho años ese empleo ficticio como ayudante parlamentaria que le permitió ingresar 500.000 euros de dinero público en ese periodo.

La Fiscalía Nacional Financiera emprendió ese mismo día una investigación preliminar por el puesto que Penelope Fillon ocupó primero bajo el mando de su esposo y luego del parlamentario al que este cedió su circunscripción electoral mientras fue Ministro de Asuntos Sociales.

En apenas 48 horas, los agentes de la Oficina Central de Lucha contra las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF) comenzaron este viernes los primeros interrogatorios en Nanterre, a las afueras de París.

Los testimonios han comenzado con las sospechas de otro trabajo ficticio de la esposa de Fillon, en este caso en la revista mensual "La Revue des Deux Mondes", una de las publicaciones más antiguas de Francia, fundada en 1829, afín al centro-derecha.

Su exdirector Michel Crépu fue interrogado acerca de si Penelope cobró 100.000 euros en 20 meses, entre mayo de 2012 y diciembre de 2013, por apenas dos colaboraciones.

"No tengo nada que añadir", dijo a la salida, tras haber admitido el miércoles en "Le Canard Enchaîné" que, pese a haber firmado "dos o tres críticas", no tenía constancia de que hubiera ejercido como consejera literaria.

La autora de la primera biografía del ex primer ministro, Christine Kelly, ha sido citada también hoy.

"Nunca oí que la señora Fillon trabajara", señaló esta semana la periodista, que en 2007 dedicó seis meses a su investigación y habló tanto con el actual aspirante presidencial como con su entorno.

Los parlamentarios disponen actualmente en Francia de 9.561 euros al mes para contratar hasta a cinco asistentes para el ejercicio del cargo, y no es ilegal hacerlo con familiares, pero las dudas sobre el trabajo real de la mujer, y su elevado salario, son las que han levantado el escándalo.

"No hay ninguna duda. Mi esposa trabajó para mí como colaboradora parlamentaria durante años. (...) Ese trabajo es real, y evidentemente me explicaré delante de la Justicia", dijo Fillon el jueves en el telediario de máxima audiencia de la cadena "TF1".

El ex primer ministro, que echó en cara al expresidente Nicolas Sarkozy durante las primarias que alguien que aspire a la jefatura del Estado "debería ser intachable", ha avanzado ya que en caso de ser imputado renunciará a su candidatura.

Esa posibilidad podría cambiar radicalmente el actual panorama electoral francés, en el que este presentaba hasta ahora según los sondeos la mayor posibilidad de llegar al Elíseo.

Su contrincante en la segunda ronda de las primarias, el también ex primer ministro Alain Juppé, dejó claro hoy que rechaza servir como alternativa si llega a dar ese paso.

A la espera de las posibles consecuencias políticas, el daño sobre la imagen de Fillon, de 62 años, ya ha llegado: tras la publicación de "Le Canard Enchaîné", su popularidad ha bajado al 38 % de la opinión pública, cuatro puntos menos que en enero, y 16 por debajo del porcentaje obtenido en noviembre.

El candidato de Los Republicanos puede caer en beneficio de la ultraderechista Marine Le Pen, en auge los últimos meses, o del socioliberal Emmanuel Macron, ex ministro de Economía.

"Cada vez que hay una sospecha se hace daño a la democracia", afirmó hoy el ex primer ministro Manuel Valls, según el cual "paradójicamente" este tipo de casos favorecen al populismo y a la extrema derecha, pese a que esta última también esté perseguida por la Justicia.

En pro de la transparencia, y en un intento quizá por evitar nuevos escándalos, Fillon declaró el jueves también que en su etapa de senador llegó a pagar a dos de sus hijos abogados, "para misiones concretas, en función de sus competencias".

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