Si bien en un principio declararon por escrito, a petición de la familia del nigeriano Osamuyia Akpitaye, muerto en el avión en el que era deportado junto a dos compatriotas, los tripulantes del vuelo donde sucedieron los acontecimientos han testificado en calidad de testigos ante la juez titular del juzgado de instrucción número 1 de Elche.

Tras la declaración de tres de ellos, queda pendiente una cuarta azafata que no ha sido localizada, el abogado de la familia, Pedro Víctor de Bernardo, ha señalado que aprecia "contradicciones" entre la declaración de las azafatas y la de los dos policías imputados que vigilaban a la víctima.

Según el letrado, las versiones se contradicen en relación a la resistencia presentada por el ciudadano nigeriano. Así, los policías afirmaron en su día a la juez que, en el momento de tratar de sentarle, opuso una gran resistencia y que, incluso, "fue capaz de quitarse" los lazos de las manos tras lo que fue reducido.

Por contra, las azafatas, según el abogado, han asegurado que no observaron que Akpitaye lograra soltarse y que entró al aparato sin mordaza en la boca aunque tras intentar morder a los agentes, éstos le pusieron una cinta adhesiva pegada a los labios.

Estas declaraciones del personal de vuelo de Iberia contradicen nuevamente el testimonio de los policías pues éstos habían señalado que la mordaza fue colocada antes de llegar al avión, en la T-4 de Barajas, y que no le cubría toda la boca.

Las azafatas también han comentado que, por parte de los policías, hubo una "violencia proporcional a la resistencia" ofrecida por el nigeriano, aunque desconocen qué ocurrió una vez que todos se sentaron ya que la zona del deportado se mantuvo oculta por una cortina hasta que se decidió el aterrizaje en El Altet.

Según fuentes judiciales, los resultados finales de la autopsia practicada al cadáver de Osamuyia Akpitaye revelaron que murió por asfixia.

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