El grave accidente provocado por las obras de l'AVE, que ha afectado a las líneas C-2 y C-10 de Cercanías, así como a los trenes de larga y media distancia y la línea Anoia de los Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), ha obligado a reforzar el metro y los autobuses interurbanos.

Según Víctor Morlán, secretario de Estado de Infraestructuras, Cercanías, entre Sants y Bellvitge, estará sin servicio «al menos siete días», pero es probable que también por Todos los Santos. Manel Nadal, secretario de Movilidad, ha dicho que «la puesta en marcha de los FGC tardará todavía dos meses».

El refuerzo se notará desde hoy con

Y es que hasta las 11.00 horas, se han visto afectados 19.935 viajeros de Cercanías; 4.085 de media distancia y 1.237 de larga. En total, los cortes afectan a 160.000 usuarios habituales.

Refuerzo de autobuses

Los buses entre Vilanova-Sitges y Barcelona se han triplicado y las líneas del Anoia se han doblado. El passeig Maria Cristina en Montjuïc es la terminal central, dónde a partir de hoy también habrá puntos de información.

La Guardia Urbana de Hospitalet y Barcelona coordina con Tráfico los accesos con vehículo privado. En la autopista de entrada a Gavà, el acceso se regulará con conos. Fomento ha descartado el transporte marítimo desde Vilanova porque tardaría más de una hora.

Los viajeros tardan el doble de tiempo en hacer el mismo trayecto

El doble de tiempo por hacer un mismo trayecto. Es lo que se han encontrado los usuarios de Renfe que, a causa del corte del tramo de la línea Sants-Bellvitge, se han tenido que desplazar con los autobuses alternativos.

«He llegado 45 minutos tarde al trabajo», ha explicado a 20 minutos Ana Maria Oroian, que vive en Gavà pero estudia y trabaja en Barcelona. Esperaba a la puerta del bus dirección a Gavà en la Plaça Espanya, convertida en improvisada estación, a las 9.30 horas, cuando habitualmente a esa hora ya está en casa.

También ha llegado tarde Rafael Olmo. Pintor de profesión, ha reclamado que la parada de autobuses estuviera en la misma Plaça de Sants. Y es que la falta de información es una de las principales quejas.

A las 7 horas, en Sants, un usuario procedente de Bellvitge que debía ir a Vilanova recriminaba a una informadora que le hubieran derivado allí si los autobuses salían de Espanya.

De las 7 a las 10 de la mañana en Gavà ha habido largas colas para subir a los autobuses dirección Barcelona. Además, algunos usuarios han asegurado que los conductores no descansaban lo suficiente, ya que descargaban pasaje, lo volvían a cargar y partían.

También hay quejas porque se perdían por hacer rutas que aún no conocen suficiente. Algunos vienen de fuera de Catalunya. Por ello usaban el GPS.

Medios alternativos

Muchos se han decidido por el coche, lo que ha supuesto un incremento del 5 a 7% del tráfico interurbano y hasta un 10% en el interior de Barcelona (unos 89.000 coches más).

El metro también ha sido una alternativa en paradas cercanas a estaciones del tren como Fabra i Puig o Carrilet. Esto ha obligado a señalizar las estaciones con itinerarios.

En todo caso, la indignación es evidente. «Tengo una compañera que ni viene a la facultad porque tarda demasiado desde Vilanova», ha apuntado Tomás Herrero. «También afecta al tráfico de coches», recuerda Manel Haro. «Incluso hay peleas», lamenta Jaime Figueres. «Va fatal, fatal, fatal», resume María Jiménez.