La síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, ha propuesto regular mediante un decreto de alcaldía el régimen de uso de las zonas de recreo urbanas destinadas a los perros después de recibir algunas quejas de vecinos por los ruidos causados por los animales, más allá de las once de la noche.

Para Vilà, hay que establecer una limitación horaria para garantizar el descanso. La síndica ha analizado el caso de una de estas zonas recreativas para perros de la calle Nàpols con la Gran Via de les Corts Catalanes, después de que haya canes ladrando entre las seis de la mañana y las dos de la madrugada y que sea habitual la reunión de ciudadanos con sus animales a partir de las once de la mañana, ocasionando ruido.

La resolución da la razón al vecindario y dice que es responsabilidad de los propietarios mantener sus animales de acuerdo con las normas de la buena convivencia, evitando comportamientos incívicos que puedan molestar al resto de vecinos.

Vilà tiene abierto actualmente otro expediente por el mismo motivo en la avenida Mistral, 61. El vecindario se queja de falta de actuación municipal ante la masiva presencia de animales desde las once de la mañana y hasta la madrugada.

A lo largo de 2016, Vilà ha recibido unas 15 quejas de diferentes tipos relacionadas con perros, algunas de las cuales aún están en proceso de tramitación y que afectan a la mitad de los distritos de la ciudad. Concretamente, se han recibido denuncias referentes a la presencia de perros potencialmente peligrosos que circulan libremente y sin bozal en la plaza Joan Coromines de Ciutat Vella, los barrios de la Font d'en Fargues, el Guinardò, el Coll y la Verneda y la Pau, y el Parc de l'Espanya Industrial.

Por otro lado, el Ajuntament ha presentado a las entidades vecinales el proyecto de reforma del Turó Parc, que comenzará el próximo mes de julio y que pretende recuperar esta zona verde como "jardín literario". Dentro del plan, se ha decidido prohibir la entrada de perros.

La decisión responde a que, desde el consistorio barcelonés, consideran que los canes son, en parte, los causantes del deterioro del parque. Los vecinos consideran, por su parte, que esta medida municipal responde al "incivismo" de muchos propietarios de perros que frecuentan la zona y que "pagarán justos por pecadores" a la hora de disfrutar de este parque público.