Científicos españoles idean una capa de invisibilidad para ocultar objetos en medios difusos

  • Investigadores de la Universidad Pública de Navarra y de la Universitat Politècnica de València han desarrollado un modelo que desvía la luz de los objetos.
  • El futuro material funcionará bajo cualquier tipo de iluminación.
  • Ver a través de la piel, esconder un avión o un submarino, entre las aplicaciones.
Los investigadores de la UPNA, Miguel Beruete y Bakhtiyar Orazbayev.
Los investigadores de la UPNA, Miguel Beruete y Bakhtiyar Orazbayev.
Universidad Pública de Navarra
Los investigadores de la UPNA, Miguel Beruete y Bakhtiyar Orazbayev.

Cuatro investigadores han trabajado durante un año para dar con la solución a un problema que la comunidad científica lleva intentando resolver desde hace una década: crear un material que oculte de la vista objetos o incluso personas.

Científicos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y de la Universitat Politècnica de València (UPV) han ideado una nueva capa de invisibilidad capaz de esconder cuerpos en ambientes difusos bajo cualquier tipo de iluminación.

"Se trata de construir medios artificiales, jugar con materiales, de tal manera que uno pueda controlar la luz tal y como quiera", explica Miguel Beruete, investigador de UPNA y uno de los miembros del equipo.

Aunque la existencia de una capa invisible suene más a ciencia y ficción que a realidad, su planteamiento científico parte de una idea sencilla: desviar los rayos de luz de un objeto para que estos no incidan en él y pase desapercibido a ojos de los observadores.

Durante años, los científicos se han esforzado por dar con un material capaz de curvar la luz, pero en el camino han encontrado que se trata de una tarea muy complicada. El logro de los investigadores españoles ha sido demostrar que la dificultad desaparece si el objeto se encuentra en un ambiente difuso. Es decir, cuando la luz no viaja en línea recta, como en un cielo con nubes, agua, un espacio con humo o incluso el tejido orgánico del cuerpo humano.

La investigación sienta las bases para desarrollar un material capaz de esconder un avión que vuele a través de las nubes o un submarino en el mar. No solo se oculta de la visión óptica, sino que también pasaría desapercibido para los radares.

"El modelo que hemos hecho no lo hemos adjudicado a ningún tipo de luz", explica Beruete. La capa que han diseñado puede provocar que los objetos no emitan en visible o en otro tipo de ondas, como las electromagnéticas que utilizan los radares.

Otra de las aplicaciones podría ser aprovechada por los médicos, en concreto, para la tomografía, una técnica para obtener imágenes de secciones de los órganos. "La piel es un medio difusivo", explica Beruete, que afirma que se podría utilizar "para ver lo que hay debajo".

La fórmula de los españoles también tiene el potencial de ocultar a un individuo, aunque se trata de una práctica mucho más compleja. "Una persona tiene un orden de magnitud mayor. Lo más factible sería meter a una persona dentro de un caja y ocultarla. Lo que se suele hacer, por ejemplo, es cubrir de metal las cosas e invisibilizar el metal", cuenta el investigador.

Además, la capa funciona bajo cualquier tipo de iluminación. Científicos alemanes ya desarrollaron en 2015 un sistema que desvía los rayos de luz, pero solo bajos condiciones específicas de alumbrado.

Una técnica basada en la naturaleza

El diseño de los investigadores es teórico y ahora persiguen llevarlo al laboratorio. El modelo tiene la potencia de conseguir una "invisibilidad perfecta", a falta de la implementación práctica, según explica Carlos García Meca, del Centro de Tecnología Nanofotónica de la UPV.

"Nos gustaría realizar un experimento, llevarlo a nivel de laboratorio para comprobar que nuestro estudio funciona como predicen nuestras simulaciones", dice García.

El equipo español se han basado en una técnica que se conoce como óptica de transformación. "Desde el punto de vista de la física, la luz es todo. Vemos una luz porque nuestros ojos pueden percibirla, pero hay mucha que no podemos ver pero que está ahí", aclara Beruete.

La técnica nace de la propia naturaleza y, por ejemplo, se produce en los espejismos que los caminantes observan en el desierto. "La luz que viene del cielo se curva en el aire por las diferentes temperaturas y a un observador externo le parece que los rayos de luz están en el suelo", explica. "Cuando uno ve el cielo en el suelo le parece que está viendo agua".

Otro caso más frecuente es cuando se introduce un objeto en el agua, por ejemplo, una cucharilla en un vaso. Como el índice de refracción del agua y del aire es diferente, los rayos lumínicos se tuercen y parece que la cuchara se dobla.

"Haciendo eso con muchos más materiales podemos hacer que la luz se curve como queramos de tal manera que pueda rodear al objeto y no lo toque. Entonces, es como si este objeto no estuviera", afirma el científico.

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