La prohibición contra el uso de pantalones caídos que dejan al descubierto la ropa interior amenaza con extenderse a más ciudades estadounidenses.
Si hace algunos meses seis localidades de Luisiana aprobaron una serie de leyes contra los pantalones de tiro bajo, con el argumento de que son indecentes, ahora otras doce, entre ellas, Baltimore, Dallas , Opa Locka, en Florida, o Yonkers, en Nueva York, meditan la instauración de prohibiciones.
Las penas por violar las normas contra los pantalones caídos van desde una multa que sube cada vez que el pantalón baja, como en Alexandria, hasta un posible paso por prisión en Delcambre, ambas poblaciones situadas en Luisiana.
Los pantalones varias tallas más grandes fueron incluidos en el vestuario de los adolescentes -especialmente negros- en los años 1990, cuando se popularizó la música hip-hop, asociada a la cultura de pandillas, también llamada 'gangsta rap'. La moda proviene de las cárceles de Estados Unidos, donde a los convictos se les quitan los cinturones por seguridad, y las tallas son únicas y grandes.
El grupo defensor de los derechos civiles cree que estas medidas sobre el código de vestimenta es discriminatoria, no podrá aplicarse y probablemente será impugnada en los tribunales.
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