Cada inicio de curso, la estatua es objeto de actos vandálicos. Se ha convertido ya en una vergonzosa tradición. Por cuarta vez en tres años, la figura esculpida en homenaje al emperador Carlos V ha vuelto a perder su brazo derecho.
El año pasado, unos desaprensivos se liaron a golpes con la estatua, rompiéndole la misma extremidad. Entonces, el Ayuntamiento realizó un molde del brazo de la estatua –levantada en la plaza de Derecho– ante la frecuencia con la que sufría el vandalismo. La restauración, como pueden ver, ha durado poco.
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