A pesar de los pesares la boda de Borja Thyssen y Blanca Cuesta se celebró y ahora ya son marido y mujer.

Sin embargo, la oposición y la ausencia de Tita Cervera hizo que el enlace y la celebración no fueran del todo ortodoxos.

En primer lugar los novios no consiguieron casarse en la fecha ni el lugar en que deseaban hacerlo, por unos problemas de permisos. Al final la el enlace religioso se celebró en la Iglesia parroquial del Santo Espíritu, en Tarrasa.

No fue un enlace normal. Se tomaron todo tipo de precauciones para guardar la memoria y el respeto por la madre ausente.

Borja Thyssen no hizo el tradicional paseo hasta el altar, porque no quería hacerlo si no era del brazo de su madre.

En ausencia de la Baronesa la periodista Chelo García Cortés ejerció de madrina.

Además el novio vistió informal, con unos pantalones vaqueros y una chaqueta sobre una camisa sin corbata. Blanca, por su parte, vistió un traje de novia sencillo.

Al enlace asistieron sólo los familiares imprescindibles por parte de la novia, para no hacer más obvia la ausencia de la madre del novio.

Tras ocho años de relación Borja Thyssen y Blanca Cuesta se dieron el sí quiero.

La celebración , sin embargo, sí mantuvo la fecha original y el lugar del enlace, en el antiguo esquileo de Cabanillas del Monte , en Segovia , del siglo XVIII, reconvertido y reformado para este tipo de actos.

Los novios cambiaron sus vestimentas por otras típicas de boda, Chaqué en el caso de Borja y Vestido de novia largo en el caso de Blanca.

En una nave decorada a lo rústico, con fardos de paja y enseres del campo, los que ya eran marido y mujer celebraron una ceremonia civil a la que asistieron 140 invitados.

Tras la emotiva ceremonia tuvo lugar el banquete, a base de ensalada de cigalas y asado de cordero, con tarta nupcial de chocolate blanco, yogur y frambuesa.

El punto culminante lo pusieron los fuegos artificiales que coronaron la fiesta iluminando el cielo segoviano.