Fernández se ha pronunciado en estos términos en su discurso ante numerosos empresarios en el acto conmemorativo del 30 aniversario de TSK,

a menos de dos días de la sesión del debate de totalidad sobre el proyecto de presupuestos presentado por su gobierno y que resultará crucial para saber si habrá una nueva prórroga presupuestaria o no.

El Ejecutivo asturiano, de signo socialista, necesita el apoyo de otros grupos para aprobar las cuentas, ya que el PSOE, que gobierna en minoría, sólo cuenta con 14 de 45 diputados. El reparto de fuerzas en el fragmentado parlamento asturiano se completa con 11 diputados del PP, 9 de Podemos, 5 de IU, 3 de Foro y 3 de Ciudadanos. El año pasado no consiguió el apoyo necesario, y el Gobierno retiró el proyecto al constatar que la mayoría de los grupos habían presentado una enmienda de totalidad.

Tras recordar a los presentes que los compromisos asumidos en el acuerdo de concertación social se conseguirían "con mayor agilidad" con un presupuesto aprobado, Fernández no ha querido dejar pasar la oportunidad para agradecer a las fuerzas políticas asturianas que "han demostrado un elevado sentido de la responsabilidad al haber tenido el valor de comprometerse en una neogicación seria y constructiva".

Por el contrario, Fernández ha reconocido a los presentes que le sorprende que en el actual mundo "difícil", "exigente" y que tiene una "mayor complejidad" haya quien recupere el "simplismo argumental", en alusión a otras fuerzas políticas con las que no ha habido entendimiento alguno.

Fernández no ha dudado en criticar esa forma de hacer política "que se reduce a pronunciar enunciados, a adueñarse de los significantes y a demonizar al adversario sin detenerse a pensar un instante cuáles son los efectos prácticos de estas actitudes".

"Desgraciadamente, en la negociación presupuestaria también nos hemos encontrado con ellas: ni la realidad ni la verdad importan con tal de sostener el discurso descalificador en pie", ha lamentado el dirigente socialista.