Las administraciones quieren evitar la masificación de los últimos veranos y garantizar tanto su valor medioambiental como la seguridad. Por ello, se realizará un estudio para fijar cuál es el aforo máximo y se regularán tanto los aparcamientos como los accesos al Salto.

Así se ha puesto de manifiesto en la reunión celebrada este lunes en la Comarca del Somontano, cuyo presidente, Jaime Facerías, ha apuntado que "no puede ser que allí haya 2.000 personas porque eso no es seguro y si algo ocurriese hay que pensar en lo que eso podría suponer. No queremos que eso se vuelva a repetir y por eso queremos regular el uso y disfrute al igual que otros espacios están regulados".

Facerías ha recordado lo sucedido el pasado 15 de agosto, jornada en la que el salto de Bierge llegó a reunir a 1.800 personas "y es que al público habitual se sumaron decenas de autobuses llegados de Barcelona".

Una imagen que no quieren que se vuelva a repetir y, por ello, al igual que en otros espacios naturales, disfrutar del salto tendrá un precio. "Va a haber que pagar y para eso el Ayuntamiento de Bierge hará una ordenanza, no será ya gratuito como pasa en muchos espacios y ese pago redundará íntegramente en el beneficio de ese espacio natural". Cada administración aportará su grano de arena aunque las directrices las marcará la consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno aragonés.