El principal objetivo de la campaña es concienciar a las familias de que, en cualquier momento del año pero especialmente en estas fechas, la compra de juguetes debería hacerse de manera responsable. Se trata de interiorizar que es posible transmitir patrones y modelos a través de estos regalos relacionales de los hombres y las mujeres basados en el respeto y la igualdad de oportunidades.

Desde el Área de Igualdad han apuntado que es necesario "avanzar paso a paso en que el mundo de los niños no se limite a unos roles y a unos determinados juegos y juguetes por el hecho de haber nacido niños o niñas". Desde esta perspectiva, se han tomado medidas para fomentar que se eduque a los más pequeños en el reconocimiento de sus potencialidades, el respeto mutuo y con la idea prioritaria de escoger los juguetes sin que se coarte su libertad.

Como demuestran diferentes estudios, la vigilancia en este asunto es necesaria ya que, aunque los juguetes no tienen sexo, son un reflejo del mundo, de la sociedad y, por ello, a menudo se les otorga un rol excluyente. Son herramientas con las que los niños exploran, descubren y adquieren comportamientos y actitudes sociales y relacionales, que acabarán siendo parte de su bagaje como personas, razón por la que tienen tan singular e importante papel en su desarrollo.

La campaña incluye siete claves para la compra de juguetes. En primer lugar, niñas y niños han de jugar las mismas cosas porque ello les enseñará a ser personas adultas corresponsables e igualitarias y a desarrollar sus habilidades y competencias en cualquier campo. En segundo lugar, destaca la importancia de regalar juguetes que permitan la expresión de emociones.

Por otro lado, que los juguetes promuevan la autonomía personal y el cuidado recíproco, que se adapten al desarrollo evolutivo de cada etapa, que sea divertido y facilite el desarrollo de la cooperación, que fomenten las habilidades sociales y personales, y que evite los juegos que fomentan la violencia en cualquiera de sus manifestaciones.