En un comunicado, el comité ha criticado que esta campaña "en vez de buscar la reducción de la siniestralidad en la prestación del servicio, es una nueva vuelta de tuerca en la política de coacción y miedo al conjunto de trabajadores".

"No bastando con la presión de frecuencias y carga de trabajo que soportamos para sacar puntualmente el servicio, no bastando con las agresiones verbales y físicas que padecemos en el servicio y no bastando con no tener tiempo ni sitios donde realizar la pausa para ir al servicio, tenemos que soportar también la intimidación y el acoso por parte de la empresa para que evitemos lo inevitable, siniestros en nuestro trabajo", han censurado los representantes de los trabajadores.

Según han expuesto, "la empresa pretende que no tengamos accidentes, pero da igual que sea un tercero el culpable, da igual que alguien se resbale o no se agarre dentro del autobús y da igual que los recorridos por la ciudad no estén pensados ni adaptados a la circulación de un autobús con seguridad". "Da igual, tenemos que evitarlo como si fuéramos 'Superman' al volante", han señalado.

Para el comité de TCC, "la empresa parece olvidar que gestiona una empresa de transporte pública urbano, que requiere que circulemos con vehículos de grandes dimensiones por zonas atestadas de tráfico, peatones y ciclistas y usuarios en el interior del autobús en pie, sin cinturón de seguridad y que lo hagamos puntualmente y sin siniestros".

Todo esto, ha agregado, "desarrollado bajo presión y el miedo a ser sancionados sin empleo y sueldo, despedidos o no ser renovados en el caso de los eventuales".