La UGC de Rehabilitación atiende a los pacientes afectados, en función de la edad, en la Unidad de Rehabilitación Infantil, o en la Unidad de Lesión Medular, en coordinación con la UGC de Urología, donde se realiza la valoración integral y atención de todas las necesidades del paciente.

La asociación ha reconocido a Marina Tirado "por su contribución personal y profesional en la atención a las personas con discapacidad y en su labor por facilitar la integración en la vida diaria".

Para Tirado, "es un gran honor recibir este premio, estoy gratamente sorprendida y agradecida por este galardón que considero como reconocimiento a la labor de todos los profesionales de la UGC de Rehabilitación".

La espina bífida (mielomeningocele) es una patología congénita causada por un cierre incompleto del arco neural, en el primer mes de vida embrionaria, que produce una 'evisceración' de la médula y que, en función del nivel de la columna vertebral donde se produce la alteración -cervical, dorsal o lumbar- da lugar a diversos síntomas y conlleva distintos grados de discapacidad, según han informado desde la Junta a través de un comunicado.

Como a todas las personas que presentan una discapacidad crónica, moderada o severa, en los servicios de Rehabilitación -consulta, gimnasios y hospitalización- tratan los déficits motores o sensitivos que presentan estos pacientes, prestando atención desde la revisión del estado de la piel, estado muscular y osteoarticular, a la prescripción de orto-prótesis, ayudas técnicas, ayudas a la movilidad y tratamiento en fisioterapia y terapia ocupacional.

Por su parte, el equipo de Enfermería de la Unidad de Urología y en palabras del supervisor de la misma, Juan Antonio Cuenca, "estamos muy contentos con este reconocimiento de la asociación al premiar el trabajo de todo el equipo en esta ocasión; esto nos motiva a seguir trabajando y mejorando en nuestro quehacer diario".

Los pacientes con espina bífida presentan problemas urológicos que producen síntomas como incontinencia urinaria, infecciones y cálculos renales (litiasis), que en algunos casos hace necesario el ingreso en hospitalización para tratamiento médico o quirúrgico.

En la atención en consultas externas, los pacientes acceden al circuito preferente con su cuidador, así como para los estudios de urodinamia. Asimismo, en la consulta y sala de curas, la enfermera enseña al paciente, o a cuidador, a autosondarse en domicilio, para fomentar el autocuidado y reducir la dependencia con el centro sanitario.

Actualmente, la incidencia de espina bífida es de uno a dos casos por 1.000 nacidos vivos, pero varía según los países. En Los últimos 50 años, la incidencia ha disminuido al realizarse tratamiento preventivo con ácido fólico en las madres, desde dos meses antes de la concepción y durante todo el embarazo.