Estos idiomas eran la gran novedad en el centro para este curso y el éxito de convocatoria ha sido tal que la matrícula se cerró un día antes del fin del plazo. Se ofrecían 180 plazas –90 por cada idioma– y se quedaron cortas.

Por eso la dirección de la escuela tuvo que abrir una lista de espera la semana pasada a la que ya se han apuntado 59 personas. De ellas, un total de 33 aspiran a que alguien deje su plaza vacante en japonés y 26 en chino.

Conseguir pupitre no será del todo imposible. Desde la escuela señalan que es bastante probable que alguno de los matriculados se rinda y deje su sitio. «Controlaremos la asistencia y si alguien falta más de una semana sin justificación le daremos de baja», dice la directora del centro, Teresa Vieira.

En la Escuela de Idiomas, aunque no se esperaban tanta respuesta para estos cursos, consideran «bastante lógico» el interés por estudiar ambas lenguas.

«La gente se da cuenta de que sólo con saber inglés no basta», dice Teresa Vieira, directora del centro, en referencia a que «el chino y el japonés son los idiomas empresariales del futuro» y serán «imprescindibles» en próximos años a la hora de buscar trabajo.

Otro de los factores que explican tal avalancha de matriculados es «la curiosidad» típica de los estudiantes por los idiomas. Por último, también es importante «la presencia de padres que han adoptado niños chinos y quieren mejorar la comunicación con ellos», comenta Teresa Vieira.

¿Por qué se apuntó a japonés?

Azahara Fernández. Estudiante, 26 años.

«Su cultura me apasiona»

«Me apasiona el idioma y su cultura. Tengo muchas ganas de ir a Japón y pienso que como mínimo hay que saber defenderse en el idioma. Es bastante difícil, pero es que aún estamos empezando las clases. Pienso que además es una lengua con mucho futuro a nivel laboral. A mí ya me han ofrecido ir allí a dar clase de español».