"La situación es dramática porque escasean los víveres". El pesquero Corisco, que el pasado sábado rescató a 50 inmigrantes subsaharianos en aguas libias, sigue viviendo unas horas complicadas a la espera de las gestiones que realizan conjuntamente el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo portugués, Luis Amado, con el Gobierno de Libia para poder desembarcarlos en este país.

Según José López, hermano del patrón del Corisco, en el barco se están quedando "sin comida, hay mal tiempo, la gente está mareada y vomitando...". "La situación es muy mala", dice con contundencia ya que, al parecer, el pesquero, de bandera portuguesa y 32 metros de eslora, sólo podrá abastecer de víveres a los inmigrantes y a la tripulación -formada por siete españoles y cinco portugueses- durante un tiempo máximo de tres o cuatro días.

La embarcación zarpó el pasado 10 de septiembre de su base situada en Santa Pola (Alicante) para la campaña de la quisquilla y tenía previsto regresar a finales de este mes. Todo los planes cambiaron cuando sus tripulantes avistaron en alta mar la lancha "medio desinflada" y ayudaron a los subsaharianos, entre ellos cinco mujeres y tres niños, a subir al bordo del pesquero. "Los inmigrantes estaban nerviosos, llenos de agua", añadió López, quien explicó que todos ellos se encuentran bien de salud.

A la espera del desembarco

Tras conocer el estado del Corisco, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el embajador español en Trípoli, Joaquín Pérez Villanueva, comenzaron a realizar "intensas gestiones" con el Gobierno de Libia para que el pesquero pueda desembarcar a los inmigrantes. El objetivo es resolver el problema "cuanto antes", aunque, por experiencias anteriores, este tipo de situaciones no se han solucionado antes de 48 horas.

Mientras, el gobierno portugués también iniciará este lunes, las gestiones para que Libia acepte recibir a los inmigrantes. El embajador de Portugal en Trípoli, Rui Aleixo, será el encargado de dirigir las conversaciones con los "interlocutores habituales" libios que no han podido producirse antes por las festividades del fin del Ramadán.

Antecedentes

El Corisco, que se encuentra a unas 80 millas de Trípoli, no es el primer barco de pesca de Santa Pola que realiza una acción humanitaria de estas características. Dos han sido los antecedentes: el primero el 14 de julio de 2006 cuando la embarcación Francisco y Catalina salvó a 51 inmigrantes subsaharianos a cien millas de Malta; y la segunda el pasado 13 junio siendo protagonista el pesquero Nuestra Madre de Loreto, que rescató a 25 inmigrantes y un cadáver que ocupaban una patera a la deriva a 90 millas de Trípoli (Libia).