Alertan de fuertes lluvias en los pueblos inundados

Tres días después de la catástrofe y con los vecinos aún sacando barro de sus casas, hoy se esperan chubascos muy fuertes en La Safor y La Marina Alta.
Vecinos de El Verger limpiaban ayer sus casas, afectadas por el desbordamiento del río Girona (Morell / EFE).
Vecinos de El Verger limpiaban ayer sus casas, afectadas por el desbordamiento del río Girona (Morell / EFE).
Vecinos de El Verger limpiaban ayer sus casas, afectadas por el desbordamiento del río Girona (Morell / EFE).
La vuelta a la normalidad no  va a ser nada fácil en las comarcas de La Safor (Valencia) y La Marina Alta (Alicante), donde una tromba de agua anegó el pasado viernes pueblos enteros, campos de cultivo y hasta playas. Como si de una broma macabra se tratara, la previsión meteorológica para hoy y mañana avisa de chubascos «localmente fuertes o muy fuertes» en la misma zona azotada por la catástrofe, donde los vecinos sacaban ayer muebles inservibles a la calle y hacían balance de pérdidas.Se espera que los chubascos sean persistentes, lo que puede dificultar las labores de limpieza y evaluación de daños en los municipios más afectados (Beniarbeig, El Verger, Gata de Gorgos, Xàbia y Calpe, en Alicante, y toda la comarca de La Safor en Valencia).

Limpieza a fondo

Ayer eran 486 las personas que trabajaban en limpieza y achique de agua en las calles, así como en labores de desescombro y reconstrucción en el norte de la provincia de Alicante. Se trata principalmente de bomberos, militares, voluntarios y policías.

Por su parte, el Consell anunciará hoy la cuantía de las ayudas para reponer muebles, reparar casas o reconstruirlas. El presidente de la Comunitat, Francisco Camps, señaló que tanto él como el jefe del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero, quieren declarar la zona como catastrófica.

Dinos

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La Marina lucha contra el fango

Municipios como Els Poblets, Beniarbeig y El Verger tienen ahora otro enemigo: el barro. Tras la inmensa tromba de agua, que en algunos casos alcanzó los 3,5 metros de altura, las labores de limpieza empezaron ayer a dar sus frutos, y algunas calles ofrecían a última hora un aspecto cercano a la normalidad. En Calpe se restableció la comunicación con unos 10.000 vecinos que permanecían aislados en sus viviendas, ubicadas frente a las playas de Levante y Capri, aunque hubo que romper el paseo marítimo para dar salida al agua acumulada. Decenas de coches estaban aún ayer apilados por sus calles.

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