El 85% de las praderas marinas del Mar Menor ha desaparecido desde 2014 por la calidad y turbidez del agua

  • El 85 por ciento de las praderas marinas del Mar Menor ha desaparecido entre 2014 y 2016 por el cambio "drástico" en la calidad de las aguas experimentado en la segunda mitad del 2015 debido a una proliferación masiva de fitoplancton, que ha hecho que la laguna se torne verde y extremadamente turbia impidiendo la fotofosíntesis a una profundidad superior a los tres o cuatro metros.
Mapa del antes y el después de la distribución de las praderas marinas
Mapa del antes y el después de la distribución de las praderas marinas
IEO
Mapa del antes y el después de la distribución de las praderas marinas

Así se desprende de un estudio científico que realizan conjuntamente el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Asociación Naturalistas del Sureste (ANSE) desde el 2013 y que implica determinar la cartografía, estado de salud y evolución de las praderas marinas de la laguna costera Mar Menor.

En concreto, este seguimiento a través de inmersiones, mediciones 'in situ' y por satélite permitió detectar que la carga de fitoplancton o partículas de materia orgánica presentes en suspensión en el agua de la laguna había registrado un aumento "sin precedentes" en la segunda mitad del año 2015 con respecto a los datos recabados con anterioridad, lo que había elevado "excepcionalmente" los valores de turbidez.

Teniendo en cuenta que las praderas del fondo marino requieren como mínimo un 11 por ciento de la luz que penetra en la superficie para poder sobrevivir, las partículas detectadas en suspensión en el agua del Mar Menor solo permitirían la vegetación entre los 1,8 a 3,3 metros de profundidad, según han hecho saber en una rueda de prensa el portavoz del ANSE, Pedro García, y el científico del Grupo de Fanerógamas Marinas del IEO responsable del estudio, Juan Manuel Ruiz.

Los investigadores llevaron a cabo muestreos en esos límites para comprobar que se cumplían estas predicciones y, efectivamente, confirmaron que no había praderas marinas más allá de los dos o tres metros de profundidad.

Ruiz destaca que, de momento, se desconoce cuál es el punto que hace que la situación no sea reversible pero destaca que el punto clave es "mejorar la calidad del agua", algo que "no está sucediendo" tal y como se desprende de los últimos datos recabados. "La situación es estable pero no es la deseable", confirma el investigador.

García reconoce que es necesario trabajar para "reducir la presión humana" en la laguna porque, el Mar Menor "no se va a recuperar si no se elimina o se gestiona mejor". En este sentido, ha considerado que las medidas adoptadas por la Administración regional van en la buena dirección pero "no son suficientes".

((HABRÁ AMPLIACIÓN))

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