El pasado miércoles la policía hayo el cadáver de un hombre de 52 años en su vivienda del Vendrell, Tarragona.

Había sido degollado y todas las habitaciones de la casa estaban revueltas.

Los familiares llevaban varios días sin poder contactar con él y los vecinos sospecharon que algo pasaba por el mal olor que desprendía la vivienda.

Algunos de los que le conocían especulan con la posibilidad de que perteneciera a las Fuerzas de Seguridad y aseguran que tenía un hijo de entre ocho y diez años de edad.

Sin embargo el juez ha decretado secreto de sumario a la espera de los resultados de la autopsia.