La UJA pierde en cuatro años el 13 por ciento de su personal docente e investigador, según CSIF

  • El sindicato CSIF ha denunciado la pérdida de puestos de trabajo en la Universidad de Jaén (UJA), donde desde 2012 se han perdido, según el sindicato, 132 puestos de trabajo entre personal docente e investigador y otros seis puestos de personal de administración y servicios.

El sindicato establece en un comunicado que en los últimos cuatro años se han eliminado "casi tres empleos al mes", mientras que desde la Junta de Andalucía se asegura mantener su apuesta por una educación pública a todos los niveles.

"Sin embargo estos datos corroboran que no es cierto, pues los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2017 sólo incrementan en 13 millones de euros el capítulo asignado a contratación y mejora de personal universitario, y esta cantidad se debe repartir entre las diez universidades públicas existentes en Andalucía", sostiene el sindicato.

Para CSIF esta cantidad es "insuficiente para poder recuperar los efectivos perdidos desde 2012, año en que se congeló la tasa de reposición". Añaden que "difícilmente se puede ofrecer la misma calidad en la enseñanza superior con menos profesores ni los mismos servicios y atención a los estudiantes universitarios con menos personal administrativo que hace 4 años".

Asimismo, para CSIF, es "destacable y preocupante" que se hayan destruido un 13 por ciento de los puestos de trabajo en docencia e investigación ya que son 132 empleos de los 138 que se han eliminado en total en los cuatro años.

"Es muy importante apostar por Jaén para que tenga nuevas titulaciones y mayor variedad de las mismas, y que los jiennenses tengan la oportunidad de acceder a estudios superiores de calidad sin necesidad de desplazarse a otras ciudades, sin embargo, esto no es posible sin dotar de suficiente número de profesionales a nuestra Universidad", declara el responsable de CSIF Educación en la Universidad, José Manuel Árbol.

Además, en estos últimos años, el porcentaje de profesores con edad igual o superior a sesenta años ha aumentado casi un diez por ciento, siendo estas variaciones mayores en el profesorado funcionario que en el profesorado con contrato laboral.

El resultado es que el perfil profesional que presenta la plantilla del personal docente e investigador a finales del año 2015, es el mismo que había al concluir el año 2006. Este retroceso, "puede acarrear una merma en la calidad de la enseñanza superior" pues "la motivación y el dinamismo que tiene un profesor o investigador a la edad de treinta o cuarenta años, no es equiparable a la que potencialmente pueda desarrollar en determinadas actividades universitarias cuando rebasa la edad de sesenta años".

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