Más de cien piezas bordadas de hace 700 años resplandecen en una exposición en Londres

  • La muestra 'Opus Anglicanum' es la más amplia organizada desde hace medio siglo sobre la artesanía textil del bordado entre los siglos XII y XV.
  • Las piezas mantienen una altísima calidad de conservación porque casi siempre eran enterradas junto a los cadáveres de nobles y dignatarios religiosos.
  • Entre las obras más espectaculares destaca la Capa de Toledo (1320-1330), con detalles botánicos, zoológicos y de santoral, cedida por la catedral de la ciudad.
  • Vista interactiva de una de las obras.
Detalle de un bordado del siglo XIV de un mantón para adornar a un caballo
Detalle de un bordado del siglo XIV de un mantón para adornar a un caballo
Photo © RMN-Grand Palais (Musée de Cluny – Musée National du Moyen Âge) / Franck Raux
Detalle de un bordado del siglo XIV de un mantón para adornar a un caballo

Capas, estolas, vestuarios fúnebres para los cadáveres, zapatos, bolsos y otros elementos de uso litúrgico o nobiliario... Tienen hasta 700 años de edad y conservan formas, colores y detalles a pesar de que se trata de piezas delicadas bordadas con hilos. La singular exposición Opus Anglicanum: Masterpieces of English Medieval Embroidery (Obra inglesa: piezas maestras del bordado medieval) muestra un centenar de objetos por los que parece no haber pasado el tiempo.

La iniciativa del museo de artes aplicadas Victoria y Alberto de Londres (V&A) es la más importante en el último medio siglo dedicada al arte medieval del bordado, que en Inglaterra alcanzó tal maestría que llevó a bautizar el estilo nacional con la expresión latina opus anglicarum (obra inglesa). La muestra, que está en cartel hasta el 5 de febrero de 2017, reúne un centenar de piezas únicas y extraordinarias.

La 'ultima vez'

"Es probablemente la última vez que se realiza una exhibición de tal magnitud" sobre los bordados, alertan desde el museo, dadas las extremas condiciones de conservación que requieren las obras. Si han llegado a nuestros días con tan pasmoso estado de salud es porque buena parte de ellas eran enterradas, en monumentos sepulcrales casi estancos, junto con los cuerpos de los importantes nobles y dignatarios religiosos que las poseyeron, entre ellos el rey Eduardo I de Inglaterra y su primera mujer, Leonor de Castilla, Eduardo de Woodstock —el llamado Príncipe Negro— y el mártir Thomas Becket, venerado como santo por católicos y anglicanos.

Lecciones visuales de historia, con detalles sumamente específicos y estructuras narrativas que parecen predecir a las viñetas de varios siglos más tarde, los elementos que muestra la pinacoteca, propietaria de una de las colecciones más ricas del mundo, se han enriquecido con préstamos extraordinarios, entre ellos la llamada Capa de Toledo, bordada en Londres entre 1320 y 1330 y cedida por la Catedral Primada de Santa María de la ciudad castellana.

'Cenit del arte medieval'

Esta pieza, que regresa por primera vez en siete siglos al lugar donde fue realizada, mide tres metros y está decorada con una riqueza ornamental que la coloca en el "cenit del arte medieval". En la capa, de un altísimo refinamiento en el acabado, hay elementos de flora, fauna, detalles grotescos y un gran despliegue de santos, casi todos venerados en Inglaterra y, en el caso de los mártires, atormentando o burlándose de sus torturadores.

El objeto más antiguo que se exhibe es una bolsa datada entre 1100 y 1140 y destinada a contener el sello fundacional que se usaba en la abadía de Westminster. Entre las singularidades figura la capa Butler Bowdon (tejida en Italia y bordada en Inglaterra entre 1330 y 1350).

Páginas interactivas en línea

Esta pieza puede ser explorada con todo detalle en una página web interactiva de la exposición, donde es posible navegar por la prenda, hacer zoom y leer detalles sobre su historia. También existe la posibilidad de ejercer la misma interactividad con la espectacular Capa de Syon, datada entre 1310 y 1320.

La Capa de Jesé, basada en el árbol genealógico de Cristo según la Biblia, representa una vid que abriga a los profetas y antepasados mediante una decoración intrincada, adornada con santos y ángeles estatuarios basados en figuras de los Museos Vaticanos de Roma.

La exposición explora las diferentes fases del desarrollo técnico, artístico y económico del bordado medieval inglés. También revela cómo algunos obispos de lugares tan lejanos como Islandia acudían a los artesanos londinenses para encargar vestuario litúrgico bordado, y demuestra que las mujeres ricas también eran patronas activas en la financiación y encargo de este tipo de trabajos.

'Privilegio emocionante'

Una de las comisarias de la exposición, Glyn Davies, califica como "un privilegio emocionante" poder ver bajo un mismo techo la serie de objetos "esparcidos por los museos y los tesoros de las catedrales en Europa y América del Norte".

La segunda corresponsable, Clare Browne, añade: "La exquisita atención al detalle en estas obras bordadas no las convierte solo en ejemplos impresionantes de artesanía y uso de materiales, sino también en vislumbres de la vida, tanto en lo cotidiano como en la imaginación medievales. Desde la sombría tortura de los santos martirizados, hasta la tierna envoltura de un bebé recién nacido, las escenas están representadas con una precisión meticulosa y una técnica de bordado altamente sofisticada".

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