En este sentido, la víctima, de 36 años, hizo especial hincapié en que la familia pensaba que la vacuna antirrábica era igual a la del tétano, que es cada diez años, y que los veterinarios no les dijeron que tenían que hacerlo de manera anual.
Además, explicó en declaraciones a Europa Press que el perro -el macho- tenía una herida en el cuello y que cuando lo fue a curar se abalanzó sobre ella y la atacó.
Por su parte, la víctima insistió en que siempre ha tenido a los animales limpios y cuidados. Ahora, la hembra, que no tuvo nada que ver con el ataque, va a ser adoptada, mientras que el macho va a ser sacrificado.
RECUPERACIÓN LARGA
Cuestionada sobre el estado de las heridas, Guadalupe comentó que aún tiene una recuperación larga, ya que las heridas son de hasta cinco centímetros debido a las mordeduras.
"Yo siempre me he criado con perros de raza pero no sé qué le pasó que cuando me quise dar cuenta me lo vi encima", concluyó.
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