Llevar tres años empadronado en Zaragoza, presentar la última declaración de la renta, que el propietario del piso declare el alquiler y que el piso no cueste más de 450 euros al mes son las grandes trabas con las que se encuentran los estudiantes para acceder a estas subvenciones.

Además, ninguno de los inquilinos puede tener un piso en propiedad ni un coche valorado en más de 9.015 euros y entre todos los inquilinos no pueden ganar más de 16.444 euros al año.

Los que consigan cumplir todos estos requisitos, pueden optar a una subvención de entre el 10% y el 50% del precio del alquiler durante un año. La bolsa de alquiler joven, según los últimos datos facilitados por el Ayuntamiento, ha aprobado este año 70 subvenciones y ha rechazado 15 solicitudes que no cumplían los requisitos.

Los que se queden fuera de estas ayudas pueden recurrir a las del Gobierno de Aragón , que financia el 40% del alquiler. En este caso, los ingresos máximos se elevan hasta los 20.960 euros y el precio del alquiler, hasta los 600 euros mensuales.

El resto de requisitos son prácticamente los mismos, con el inconveniente añadido de que estas ayudas no son específicas para jóvenes.

Obligados a vivir al día

«Fui a pedir las ayudas municipales, pero me dijeron que no porque no podía justificar mis ingresos del año pasado», explica Luisa V., de 30 años. Acudió al Ayuntamiento con una copia de su contrato, que le asegura ingresos suficientes para pagar el alquiler durante los próximos tres años y, aún así, rechazaron su solicitud.

Luisa, como miles de jóvenes que viven en Zaragoza, vive «prácticamente al día» para pagar el alquiler. Acaba de encontrar un piso de 40 metros cuadrados cerca del centro por el que paga 470 euros al mes y otros 30 de comunidad.

Los pisos están por las nubes

Los jóvenes zaragozanos lo tienen muy difícil para encontrar un piso en alquiler por 450 euros al mes, el precio máximo permitido por las ayudas municipales. El precio medio de las rentas en la ciudad está ya por encima de los 600 euros, según explican las agencias inmobiliarias. En los pisos de estudiantes, cada uno de los inquilinos paga en torno a 200 euros mensuales.