Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron ayer a P.S., vecino del barrio de Cabrerizas, con antecedentes judiciales y psiquiátricos, quien incendió su casa y arrojó desde la azotea ladrillos y diversos objetos a los viandantes y a los policías. El detenido, al que se le encontró una botella que contenía líquido inflamable dispuesta a modo de cóctel Molotov, fue ingresado en el servicio de Psiquiatría del Hospital Comarcal.

Según informó la Jefatura Superior de Melilla, una patrulla policial se desplazó, en torno a las 12:00 horas de ayer, a la calle Santo Domingo, número 20, tras recibir una denuncia previa. Se encontraron la puerta cerrada pero al morador de la vivienda dentro en su interior. Al ser requerido éste para que respondiese de la denuncia, amenazó a los policías con prender fuego a su casa con él dentro. Tras comprobar los agentes la identidad del vecino, supieron que en fechas pasadas había provocado un incidente similar y que cuenta con antecedentes psiquiátricos y judiciales de diversa índole, por lo que intentaron calmarlo.

Ladrillos desde la azotea

En un momento dado, los presentes observaron que del interior de la vivienda salía humo, por lo que solicitaron la asistencia de los Bomberos y de la Policía Local, para regular el tráfico. P.S. se subió a la azotea de su vivienda y, con el torso desnudo, comenzó a arrojar a todo el que se encontraba cerca de su casa ladrillos y otros objetos contundentes.

Los agentes policiales apreciaron un fuerte olor a gas, por lo que se optó por abrir la puerta e introducirse en la vivienda, que ya era pasto de las llamas. Tras ello, se redujo a P.S., que alcanzó con un trozo de baldosa a un policía y causó lesiones a otro. También había arrojado desde la azotea un líquido corrosivo que alcanzó a policías y bomberos y les causó daños en sus uniformes. El Juzgado de Guardia ha recibido las diligencias instruidas sobre el suceso.

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