Avilés, Belmonte de Miranda, Castrillón, Laviana, Salas, Siero, Somiedo, Tineo, Candamo, El Franco, Las Regueras, Navia, Parres, Piloña, Nava Villaviciosa, Bimenes, Cabranes, Colunga, Sariego, Carreño, Coaña, Pravia, Illas, Sobrescobio, Gijón, Oviedo, Noreña, Llanera, Grado y Ribadesella son los concejos que disponen de esta distinción, según ha informado este jueves el Gobierno asturiano en nota de prensa.

El Principado se ha convertido así en la comunidad autónoma que lidera en España este movimiento en favor de los derechos de la infancia y la adolescencia, agrupando a más del 18 por ciento de los 170 municipios acreditados en total. La comunidad encabeza también el ranking de calidad, puesto que de los seis territorios que cuentan en el país con la distinción de excelencia, tres son asturianos: Avilés, Belmonte de Miranda y Castrillón.

Los datos han sido facilitados este jueves en rueda de prensa por la directora general de Servicios Sociales de Proximidad, Lina Menéndez, y la presidenta de Unicef Asturias, María José Platero. En el acto han participado también alcaldes, concejales y técnicos municipales que trabajan en el ámbito de la infancia.

Lina Menéndez ha destacado el esfuerzo que se realiza en esta materia y la estrecha colaboración que mantienen las administraciones públicas y las entidades de iniciativa social, un hecho que ha convertido al Principado en una referencia estatal en participación infantil.

El comité español de Unicef acordó el pasado 13 de octubre conceder el titulo Ciudades Amigas de la Infancia a once municipios asturianos: Carreño, Coaña, Pravia, Illas, Sobrescobio, Gijón, Oviedo, Noreña, Llanera, Grado y Ribadesella. También decidió renovar las acreditaciones de Salas y Castrillón, en este último caso, con una mención de excelencia. Los galardones se entregarán en Santander el próximo 15 de noviembre.

El programa Ciudades Amigas de la Infancia (CAI) impulsado por Unicef pretende promover la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño en el ámbito local, promocionar la participación de los menores y fomentar el trabajo en red en los distintos municipios que forman parte de esta iniciativa. El proyecto distingue cada dos años a los territorios que desarrollan políticas de infancia mediante la creación de estructuras que permiten a los más pequeños ejercer su derecho a ser escuchados.

Los reconocimientos se conceden a los ayuntamientos por un periodo de cuatro años y, transcurrido ese plazo, deben ser renovados.