La rotura de una tubería corta la M-30 y destapa un piso con inmigrantes hacinados

  • La avería provocó un 'géiser' que inundó las casas de diez familias de Arganzuela que tuvieron que ser desalojadas.
  • El agua llegó hasta la circunvalación.
El agua rompió los tabiques de este piso de Arganzuela.
El agua rompió los tabiques de este piso de Arganzuela.
JORGE PARÍS
El agua rompió los tabiques de este piso de Arganzuela.

Un enorme estruendo despertó, la madrugada de ayer, a los vecinos de la calle Sorbe, 2 (Arganzuela). Sobre las 1.45 horas el suelo se abría frente al bloque y un enorme géiser emergía hacia sus casas debido a la rotura de una tubería del Canal de Isabel II.

La avería obligó a desalojar un edificio de diez viviendas, arrolló coches, destrozó aires acondicionados, suspendió el suministro de agua en quince portales y cortó el acceso desde la M-30 a la avenida del Manzanares, así como el acceso a Santa María de la Cabeza y obligó a dar la vuelta a los coches que circulaban por el ramal norte de la circunvalación.

Durante el desalojo del edificio, se descubrió que uno de los pisos servía de residencia a 15 inmigrantes. Los inquilinos de esta vivienda (por la que pagaban 350 euros al mes cada uno) vivían hacinados en una superficie de 80 metros cuadrados, con un solo cuarto de aseo y con cinco habitaciones, según publica Leticia Toscano en el diario ABC.

"El agua entró por la ventana con tal fuerza que rompió los tabiques de tres habitaciones", relataron Clara y Zacarías, dos vecinos de otra de las viviendas. Ayer por la mañana, ocho de las diez familias regresaron a sus hogares. Los inquilinos de las plantas bajas, las más afectadas por la inundación, aún son atendidos por el Samur Social.

Nueva avería

La tromba de agua fue tal que se tuvo que cortar el acceso desde la M-30 a la avenida del Manzanares, así como el acceso a Santa María de la Cabeza. Los coches que circulaban ayer de madrugada a la altura del kilómetro 18 del túnel del ramal norte de la M-30 fueron obligados a dar la vuelta y circular en sentido contrario.

Ésta no es la primera vez que Madrid no soporta las averías de tuberías ni las lluvias. La pasada primavera en tan sólo dos días se inundaron cinco túneles, recién estrenados de la M-30; y el pasado miércoles, otra tubería rota formaba una riada que obligó a cortar el tráfico en la entrada de la M-30 por Marqués de Vadillo.

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