Mujer previsora vale por dos. Así se demostró el pasado fin de semana en Pontevedra, cuando una vecina de la localidad detectó una irregularidad en su cajero habitual y alertó a personal del banco, lo que facilitó el reconocimiento de una de esas máquinas que copia y clona las tarjetas de los usuarios para luego utilizarlas cuando a los ladrones les venga en gana.

Los trabajadores de la sucursal detectaron un dispositivo ajeno al cajero e inmediatamente dieron aviso a los técnicos especialistas en seguridad de la empresa y a la Comisaría de Provincial, que se desplazó al lugar para investigar lo sucedido.

Una vez desinstalado el dispensador electrónico y retirado el aparato instalado en la ranura de la tarjeta de crédito los agentes de la Policía Nacional lo requisaron para poder analizarlo y estudiar su configuración para encontrar al posible autor de la estafa. Para ello tienen previsto también analizar las imágenes gravadas por las cámaras de seguridad.

Asimismo, según afirman fuentes de la comisaría, la copiadora tenía datos registrados de diferentes usuarios, aunque añaden que como los datos seguían en el aparato, es imposible que existan afectados.

Tras este descubrimiento la Policía Nacional hace un llamamiento a la ciudadanía para que los usuarios estén con los ojos abiertos a la hora de usar los cajeros y denunciar cualquier anomalía extraña que identifiquen en los dispensadores.

Piden discreción

Asimismo aconsejan discreción cuando se teclea la clave de la tarjeta de crédito para evitar que los delincuentes lo usen.

En Pontevedra no es habitual la práctica de este tipo de delitos. El último caso conocido se remonta al año 2005, cuando se localizó un copiador de este tipo en un cajero de la calle Gutiérrez Mellado.

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