Según consta en el escrito elevado por el letrado Marcelo Quílez, a la vista de la declaración judicial de la perjudicada "no debe de existir duda alguna sobre la inocencia respecto a los hechos con los que se le acusa" a C.C. pues, según añade, "es evidente que no participó en los que motivan las actuaciones".
Así, el abogado defensor recoge la declaración de la víctima, quien aseguró que ella "normalmente dejaba siempre la bombona de butano abierta" y "que del incendio recuerda que encendió un cigarro, porque ella sí fuma, que hubo una explosión y que se quedó un momento mirando el fuego para después huir arrastrándose para salvar la vida".
A tenor de esta declaración, el letrado apunta a que "ella misma irreflexivamente provocó la deflagración al intentar encender un cigarro" puesto que afirmó en sede judicial que "le pegó dos o tres caladas al cigarro y después explotó" al tiempo que llegó a manifestar que "le dio la risa cuando le dijeron que Catalín había cogido gasolina y se la había echado a ella".
La declaración de la perjudicada choca frontalmente con la propiciada con varios testigos, quienes aseguraron que la mujer afirmó en el momento de los hechos que su pareja le había "quemado", extremo que ella ha negado tras haber recuperado la conciencia en el hospital, donde se recupera por quemaduras que afectaron al 70 por ciento de su cuerpo.
La defensa considera a partir de esta declaración que su cliente es un "individuo injustamente privado de libertad", cuyo internamiento en centro penitenciario "no consigue un fin rehabilitador" ni "cumple los fines deseados para la sociedad", por lo que solicita su salida provisional de prisión.
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