El grotesco caso de la madre a la que echaron del Marq por amamantar a su hijo, publicado ayer por 20 minutos, tiene más incógnitas. Según el director-gerente del museo, José Alberto Cortés, no hay ninguna norma que impida a las mujeres dar el pecho en sus salas. Así, dijo ayer que, simplemente, actuaron por «decoro».

Y matizó que el personal del museo no la dejó en la calle con su hijo, sino en «el patio», un lugar que pertenece al Marq y que es «como un parque público» en el que «hay niños y madres con sus bebés o gente en el bar».

El director remitió además el informe que el personal de la institución redactó tras el incidente. Su versión de lo ocurrido difiere completamente de lo que cuenta la afectada.

Así, el personal del museo propuso a la pareja ir «hasta un espacio privado» (como una sala o despacho), cosa que ella niega, pues primero la mandaron al vestíbulo y, después, al patio, a pesar del calor de agosto.

Algunos testigos se interesaron

En el parte aseguran que se invitó a salir de la sala a esta mujer porque varios visitantes preguntaron al guía «si no existía en el Museo un sitio más tranquilo donde poder alimentar a los bebés». Sin embargo, esta mujer no se negó, tal y como se dice en el informe, «a acompañar al guía hasta el espacio indicado» para dar el pecho, y tampoco acabó amamantando a su hijo en el patio por su voluntad, como dice el escrito.