La investigación policial para aclarar el robo de 70 pastillas de uranio enriquecido de la fábrica de combustible nuclear de Juzbado ya tiene un sospechoso.
Se trata de un vigilante de la fábrica, que estaría intentando perjudicar a su empresa de seguridad porque tenía problemas con ella.
Según recoge el diario El mundo , la hipótesis que maneja la Guardia Civil conduce directamente a este empleado. Además, la lista de personas que tienen acceso al área donde aparecieron las pastillas es muy limitada. También se da la circunstancia que el uranio enriquecido apareció dentro del perímetro de seguridad de la fábrica por lo que la mercancía tuvo que, o bien pasar por el arco de seguridad, que debía de estar desconcectado, o bien por fuera de él. En cualquier caso, para ambos supuestos, tuvo que intervenir alguien del equipo de seguridad.
Los investigadores confían en poder resolver el misterio en pocos días.
Sin riesgo radiológico
El CSN, tras una inspección sobre el terreno, asegura que este incidente no ha supuesto ningún riesgo radiológico. Los motivos que sustentan esta conclusión de la institución española encargada de velar por la seguridad de instalaciones nucleares y radiactivas, obedecen a que "el material se encontraba en forma de pastillas cerámicas y el frasco estaba perfectamente cerrado".
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