Se trata de un hámster diminuto de apenas unos ocho centímetros. Estos animalitos, originarios de Mongolia, precisan una jaula grande para corretear a gusto, a ser posible con ruedas de ejercicio y tubos. Los terrarios son la mejor opción, ya que podrían escaparse entre los barrotes de las jaulas convencionales. Para que estén en la gloria, lo ideal es que todo o parte del suelo sea de arena limpia y fina, para que puedan excavar madrigueras. En cuanto a su alimentación, es mejor la comida para pájaros exóticos que la mezcla que se suele dar a sus hermanos mayores. Es muy bueno darles fruta fresca a diario, así además no hará falta que tengan agua. Por su pequeño tamaño y su fragilidad, así como por su carácter asustadizo (sobre todo al principio), no son la mejor opción como mascota para niños pequeños.
El hámster enano de Roborovski
No es tan común de ver en las tiendas como otras variedades, pero tampoco es raro.
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