Los hechos sucedieron en septiembre de 2015. En primer lugar se produjo una discusión en el garaje comunitario, tras lo que la víctima fue a la casa del otro hombre para aclarar el incidente ocurrido; momento en el que supuestamente se inició la agresión, según el acusado, a consecuencia de que la víctima lo agrediera.

Inicialmente, la Fiscalía calificó los hechos como un delito de asesinato, solicitando la pena de 18 años de prisión; mientras que la defensa desde el principio alegó legítima defensa y la falta de provocación del acusado a la víctima, solicitando la absolución o la imposición de una pena de dos años y medio de prisión.

Tras la agresión, la víctima fue trasladada al hospital, donde llegó con vida pero con heridas de gravedad, como la sección de la mitad medial de la arteria carótida, que le causó una hemorragia masiva. Esta pérdida de sangre le provocó un coma profundo y falleció tres días después.

El acusado declaró en el juicio que actuó en defensa propia, porque el otro fue a su casa con unos amigos y le agredieron tirándole piedras. Así, aseguró en su declaración que no tuvo intención de matar sino que levantó la mano con el cuchillo "con tan mala suerte de que le di en un mal sitio".