El enviado especial de la ONU se reúne con la Junta Militar birmana y la oposición

  • El secretismo está siendo protagonista de la visita.
  • Se preparan nuevas protestas.
  • El conflicto se ha cobrado la vida de 16 personas.
Protestas en Birmania.
Protestas en Birmania.
Protestas en Birmania.

El enviado especial del secretario general de la ONU para Birmania, Ibrahim Gambari, se reunió hoy, según fuentes diplomáticas, con la líder del movimiento democrático birmano y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi .

Suu Kyi, jefa de la Liga Nacional por la Democracia (LND), el único partido político que resiste la presión del régimen, se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003.

Gambari llegó ayer al país y se dirigió inmediatamente a Napydaw, la nueva capital construida por los generales en un agreste territorio a 400 kilómetros al norte de Rangún, para entrevistarse con los miembros de la Junta Militar.

Como es habitual en las visitas que efectúan los enviados de la ONU, el Gobierno no ha ofrecido ninguna información de lo tratado con Gambari, quien regresó hoy a Rangún.

Nueva jornada de protestas

Pequeños grupos de personas empezaban a aparecer hoy en las calles de Rangún y Mandalay, las dos ciudades más importantes de Birmania (Myanmar), para intentar organizar una nueva jornada de protestas contra la Junta Militar.

La brutal represión de las fuerzas de seguridad contra las protestas pacíficas iniciadas por los monjes budistas que ha causado al menos 16 muertos, unos 200 heridos y más de 1.200 detenciones.

Los monasterios budistas de Rangún están cercados para impedir que los monjes salgan a las calles a encabezar las protestas y hay una fuerte presencia de soldados y agentes antidisturbios en las pagodas de Shwedagon y Sule, en el casco viejo de la ciudad, los lugares preferidos por los manifestantes.

Unos 20.000 soldados han entrado en la ciudad entre anoche y esta madrugada para reforzar la seguridad.

En las dos últimas jornadas, la Junta Militar respondió con rapidez y dureza a las manifestaciones e impidió que prosperasen desde el comienzo.

Al menos 16 personas han muerto en Rangún, entre ellas dos extranjeros y varios monjes, desde que el Gobierno prohibió las reuniones públicas y decretó el toque de queda en esta ciudad y en Mandalay, el martes pasado.

Birmania está gobernada por los militares desde hace 45 años y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante la LND, unos comicios cuyos resultados desacataron los generales. EFE

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