Los vecinos y el Ayuntamiento de Valencia cuentan con unos nuevos aliados para mantener a raya a las colonias de palomas.
Son seis halcones peregrinos que deambulan por patrullan la ciudad y que pueden llegar a cazar una paloma o tórtola al día: «Uno se ha instalado en la zona que va desde el Pont de Fusta hasta la avenida Valladolid y el otro domina la Alameda. El resto ha sido visto en varios puntos».
Del total, cuatro fueron criados por los técnicos de la Concejalía de Sanidad en la azotea del propio edificio municipal (en la plaza de América) en abril.
Fuentes de Sanidad han explicado que el objetivo de esta iniciativa es recuperar una especie que antaño formaba parte de la fauna urbana y, de paso, ayudar a controlar la población de palomas y espantar a estorninos. Esto podría aliviar la gran cantidad de quejas vecinales que recibe el Consistorio.
Actualmente, Valencia cuenta 38.000 palomas y tórtolas. Así, aunque seis halcones pueden ser insuficientes, la idea es incorporar entre cuatro y seis cada año. Además de ellos, 46 cernícalos trabajan para Valencia: devoran cucarachas voladoras.
Los jardines del Hospital, Reino de Valencia y el Mercado de Ruzafa, son de las zonas que más quejas vecinales generan por palomas. También la iglesia de los Santos Juanes: «Dicen que han bajado las bodas porque cuando salen los novios, no llueve precisamente arroz», comentan los técnicos de Sanidad. Añaden que, por esos barrios, han detectado alimentadores y que el Consistorio estudia ponerse duro con ellos.
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