La presidente de la asociación, Rosa Fernández, ha llegado a hablar de una campaña de "acoso y derribo" hacia estas unidades por parte de la anterior y la actual dirección "con el beneplácito de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias".

Fernández se ha referido a la presencia en la UTE3 de una treintena de internos que están allí "contra su voluntad", que no siguen las normas, y que convierten la unidad en un "auténtico oasis de la droga".

Según la asociación, con las obras de acondicionamiento del sistema contra incendios se va a pasar a esos internos a la UTE1 y la UTE2, con los perjuicios que eso conllevará.