Los niños enferman un 50% más al volver a clase

Catarros y diarreas se vuelven más habituales. Consejo: que estén un par de días en casa antes de regresar a la guardería. Ponerse malos les refuerza.
Chavales del colegio público de Infantil y Primaria Valle Inclán, ubicado en Málaga capital. (Jorge Pimentel)
Chavales del colegio público de Infantil y Primaria Valle Inclán, ubicado en Málaga capital. (Jorge Pimentel)
Chavales del colegio público de Infantil y Primaria Valle Inclán, ubicado en Málaga capital. (Jorge Pimentel)

José tiene un año. Una apetitosa pelota de plástico yace en el suelo de la guardería. Nadie podría resistirse a llevársela a la boca. La bola pasó antes por las manos de Irene, de año y medio. Entre juegos, sus dedos dieron un repaso a la acatarrada nariz de Blanca, de dos años.

Situaciones como ésta ocurren a diario en las guarderías. Catarros y diarreas se vuelven habituales. La entrada de los pequeños en estos recintos con gran cantidad de semejantes metidos en un espacio cerrado fomenta el contagio de enfermedades infecciosas leves.

Los casos aumentan en un 50% en esta época, afirma el pediatra Pedro Navarro, que es tesorero de la asociación que agrupa a estos especialistas.

El fenómeno no tiene por qué estar relacionado con una falta de higiene en los locales y ocurre «incluso en los cuarteles y los campamentos», afirma Juan Quero, médico de familia en el centro de salud de Estepona. El sistema inmunológico (las defensas del cuerpo frente a virus y bacterias) de los niños está poco desarrollado, por lo que el contacto con otros niños que están enfermos facilita la transmisión de esas dolencias, explica Navarro.

«Recomiendo que el niño no regrese a clase en cuanto desaparezcan los síntomas, sino dos días después. Así se reducen las posibilidades de que enferme de otra cosa», agrega.

Más lactancia y menos guardería

El pediatra Pedro Navarro recomienda que los niños vayan lo más tarde posible a la guardería y que la lactancia con leche materna dure lo más que se pueda. Así se confiere madurez al sistema inmunológico –completo a los tres años– de los pequeños y la madre aporta defensas extra mientras da de mamar. El modo de vida actual pone muy difícil cumplir estas recomendaciones. «Yo digo a los padres que no se agobien si no pueden tener al niño tanto tiempo en casa. Que lo lleven a la guardería. Estas patologías son banales. Si encadenan un resfriado con otro en clase no es porque recaigan, sino porque han pillado algo de otro compañero», concluye

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