El reinicio de las obras del aparcamiento de Portugalete esta semana es una pequeña esperanza para los comerciantes de la zona.

Llevan un año de obras y nueve meses de parón judicial soportando frente a sus escaparates ruido, suciedad y la ausencia de clientes. Sin embargo, el aspecto económico no es el único que les preocupa.

La falta de iluminación, la presencia de contenedores a escasos metros de las tiendas y el hecho de que pocas personas pasan por allí ha provocado que durante este tiempo hayan aumentado los robos y el vandalismo en la zona.

Entraron en la tienda de ordenadores, lo han intentado al menos dos veces en una de ropa y al cristal de otras les nacen pintadas nuevas cada fin de semana. «Esto es el oeste, rara es la semana que no aparece un rayón o el golpe de un vaso en el escaparate», cuenta uno de los afectados.

No es sólo política

La mayoría de las tiendas con las que ha podido hablar 20 minutos esperan el final de las obras como agua de mayo. Los hay más y menos contentos con la gestión del Ayuntamiento, o más y menos hartos de tanto recurso judicial, pero todos coinciden en que, política a un lado, les urge que se acaben las obras lo antes posible. «Que sean para residentes o rotatorio nos da igual, cada uno tiene su opinión, pero que lo hagan ya -dicen-, al menos en superficie». Y si puede ser antes de navidades, mejor.

«Hemos padecido ruidos y suciedad. La obra ha hecho que la gente deje de pasar por aquí y eso se nota mucho en las ventas. Tienen que acabar las obras. Ojalá esté todo listo para navidades, como dicen, aunque sólo sea la superficie».

«Nos han intentado robar dos veces».

«La falta de aparcamiento ha hecho mucho daño». «Han desaparecido 320 aparcamientos y si los clientes no pueden aparcar, buscan otro sitio donde hacer las compras. Por suerte llevamos muchos años y tenemos clientela fija, pero otros han tenido que cerrar. Tal y como está, que no hay luz ni pasa gente, a nosotros nos han intentado robar dos veces en este tiempo. Tenemos la esperanza de que lo acaben y de que lo hagan rotativo, porque hace falta aparcamiento para quienes vienen al centro».

«No ha sido malo sólo para las ventas, sino porque ha fomentado el vandalismo. Si no estuviéramos así, sin iluminación ni tránsito de personas, no ocurriría. Lo que hagan abajo da igual, pero arriba, al menos, que lo arreglen».

«A nosotros sólo nos afecta en lo que es el ruido. Te llaman por teléfono y casi no escuchas al cliente, pero en ventas no lo hemos notado porque no vendemos a través del escaparate, quien compra un piso llama y marca cita».

«Tuvieron tiempo hasta para cortar la verja».

«Con las obras se ha agravado la inseguridad». «Antes de las obras ya sufrí robos, sólo que no tenían tanto tiempo para actuar. Esta última vez, como no pasa nadie y está oscuro, tuvieron tiempo para cortar la verja y hacerse hasta una puerta de entrada. Se llevaron material por valor de casi 12.000 euros. En cuanto a las ventas se ha notado bastante, y sobre todo a nivel de servicio técnico, porque si no puedes aparcar, no vas a cargar con el ordenador hasta aquí, te vas a otro sitio más accesible».

«La gente al verlo así rodea y este negocio vives de eso. Ya no se aparca y eso son muchos cafés. El Ayuntamiento ha gestionado mal la obra y la información a los afectados. No confío nada en que lo vayan a acabar».