A juicio de la Fundación Oso, el Fapas se equivoca completamente al intentar cuestionar el trabajo de los censos de osas con crías para defenderse de las razonables dudas que ha generado en los expertos y en la administración asturiana su afirmación de que una osa fotografiada por ellos es Villarina, la osezna recuperada y liberada en Somiedo por el Principado de Asturias hace ocho años.

"Ambos hechos no tienen nada que ver", destaca la Fundación Oso, que destaca que los censos de osas con crías se desarrollan en toda la Cordillera Cantábrica de forma coordinada desde hace más de 25 años con una metodología validada científicamente y recomendada por la UICN y los especialistas internacionales para la monitorización de pequeñas poblaciones de oso pardo.

Así, indican que estos censos se basan en individualizar cada año las diferentes osas con crías en base a las características de la osa, número y características de las crías, zonas de presencia, simultaneidad y distancias entre observaciones y otras informaciones extraídas de centenares de localizaciones y datos recogidos por los equipos de las cuatro administraciones autonómicas, la FOP y otros colaboradores.

Añaden además que si a pesar de la información recogida hay dudas entre dos familias de osas con crías se considera en el censo solamente una, con el criterio de obtener un número mínimo seguro. En este sentido manifiesta la FOP que los grupos familiares se individualizan cada año, pero nunca se ha aplicado el reconocimiento de las osas de un año para otro, ya que esto "sería cuestionable y carecería de suficiente rigor, y mucho menos la posibilidad de reconocer una osa después de tantos años".

"No se utiliza información genética de forma habitual ya que el objetivo y la base del censo no es el reconocimiento de osas individuales a lo largo de los años. Fapas demuestra una preocupante falta de rigor al mezclar los censos anuales con el supuesto reconocimiento de una osa ocho años después de su liberación", indica la Fundación Oso Pardo.

En este sentido explican que los últimos datos de reconocimiento seguro por observación del crotal de Villarina fueron en 2011, pero desde entonces no hay ninguna observación que pueda atribuirse con seguridad a esta osa.

Insiste la FOP en que "la identificación que plantea Fapas carece de todo rigor y en ningún momento aporta evidencias seguras de que se trate de Villarina". "Las marcas del pelaje son similares en distintos ejemplares de oso que frecuentan la zona y responden a características comunes a otros osos cantábricos, imposibles de distinguir entre sí y de un año para otro", añade la FOP.

"Es lamentable que se creen estas polémicas tan poco productivas y que confunden a la opinión pública, cuestionando además un trabajo de muchos años en el que participan diferentes equipos de campo cualificados y con gran experiencia y que es un excelente ejemplo de cooperación y coordinación para la conservación de una especie amenazada", concluye la Fundación.