El Alto Tribunal dictamina en su sentencia, consultada por Europa Press, que no ha lugar al recurso de casación que interpuso la defensa contra el fallo de la Audiencia Provincial de Almería, que confirma en todos sus extremos.

Según recoge como probado el Supremo, los hechos, que se remontan a 2012, sucedieron en el domicilio de él cuando ella fue a recoger unas cosas de su propiedad y tras haber "mantenido relaciones sexuales". En un momento, y durante un "discusión por celos" cuando estaban en el sofá, el acusado "le propinó una bofetada que la hizo caer al suelo".

A continuación, la arrastró por el pelo hasta el dormitorio de él, donde, de forma violenta, la agredió sexualmente pese "a la fuerte resistencia de ella". Luego hizo un segundo intento "guiado por su ánimo libidinoso", aunque ella pudo zafarse.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió hematomas en la cara anterior de la muñeca derecha, antebrazo derecho, brazo derecho, brazo izquierdo, y rodilla derecha, de las que tardó en sanar cinco días.

El acusado es considerado autor de un delito de violación con la agravante de parentesco por el que le condena a diez años y seis meses de cárcel y de un delito de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer, por el que le impone otros siete meses de cárcel.

Además de la pena privativa de libertad, deberá cumplir cinco años de libertad vigilada, no podrá acercase a la víctima durante 15 años y un mes a menos de 300 metros y deberá participar de forma obligada en programas formativos de educación sexual.