En agua de borrajas ha quedado una de las grandes promesas electorales que el Partido Popular, y en concreto la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, hizo hace tan sólo cuatro meses: «no subir los impuestos».

El viernes pasado, la alcaldesa y los concejales del PP aprobaron la subida anual de las tasas y precios públicos para 2008, según el IPC de junio (2,4%). Pero además, aprobaron el aumento del impuesto sobre plusvalías (el que se paga por la venta de un inmueble por la diferencia entre el precio obtenido y el que pagamos al comprarlo).

La subida será del 29 al 29,7%, por lo que los ciudadanos de Valencia que vendan una casa tendrán que pagar en 2008, en conjunto, unos 575.000 euros más que este año, según un cálculo sobre los ingresos previstos por este impuesto en 2007 (24 millones de euros).

El concejal de Grandes Proyectos, Alfonso Grau, dijo el vienes que esta subida era «necesaria», y añadió, pese a las evidencias: «se ha procedido a una congelación fiscal, por lo que estamos cumpliendo el programa electoral».

El programa electoral del PP no sólo recogía congelar los impuestos, sino, además, promover la supresión total del de plusvalías, de tal forma que los ciudadanos sólo tendrían que pagar una vez, en el IRPF, por el incremento patrimonial real obtenido. Por ello, el incumplimiento del programa es doble por parte de la alcaldesa. En 2005, Rita Barberá tampoco respetó su promesa y subió el Impuesto de Bienes e Inmuebles.

No todos pagan por la plusvalía

Cuando se realiza la venta de una vivienda hay que pagar un porcentaje del supuesto enriquecimiento (la plusvalía) al Ayuntamiento. Natalia vendió su casa para comprar otra y tuvo que ir a una de las oficinas del Consistorio, escritura en mano y abonar 1.300 euros. «El pagar más o menos depende de lo que te costó el piso, los años que lo has tenido y por cuanto lo vendes», explica. Aún así, algunos se escaquean. Es el caso de Jose, que vendió su casa hace siete meses y no ha ido a pagar.