Dos vigilantes del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo evitan que un joven se precipite desde un puente

  • Dos vigilantes de seguridad que prestan servicio en el Hospital Álvaro Cunqueiro, en Vigo, han evitado que un joven se precipitase desde el puente de acceso al vial del centro hospitalario, consiguiendo sujetarlo y reducirlo.

Según ha informado la Federación de Servicios de UGT en un comunicado, los hechos ocurrieron en la mañana del lunes, cuando un joven que acudió al hospital junto a un familiar para ser tratado en urgencias decidió en un momento dado marcharse en un estado de extrema agresividad.

Ante esta situación, los vigilantes dieron aviso al 091 y, con la intención de interceptarlo, siguieron al joven hasta que llegó a un puente, donde se encaramó al pasamanos y amenazó con tirarse al vacío. Así, intentaron convencerlo para que cejase en su actitud.

No obstante, no consiguieron que rectificase, por lo que, en un descuido del joven, le sujetaron y redujeron para evitar que se arrojase. A continuación llegaron varias unidades policiales, que condujeron al varón al servicio de urgencias.

La sección sindical de UGT en Segur Ibérica -empresa a la que pertenecen los dos vigilantes- y FES-UGT, ha felicitado a los trabajadores y ha hecho hincapié en el pilar que supone formación de estos profesionales para cumplir su labor en las empresas y también para con la sociedad.

OTRA INTERVENCIÓN EN JUNIO

Por otro lado, este martes agentes del Cuerpo Nacional de Policía y efectivos de Bomberos de Vigo han trasladado en una rueda de prensa los pormenores de una actuación que realizaron a principios de junio, por la que pudieron evitar que un vigués se quitase la vida. Un logro que han achacado a la coordinación entre ambos cuerpos, "algo de suerte" y la "pronta llegada" de los distintos efectivos.

Según ha explicado uno de los policías intervinientes, sobre las 10,00 horas fueron comisionados para que se dirigiesen a una vivienda de la parroquia de Coruxo después de que el 091 recibiese una angustiosa llamada de la pareja de un hombre, alertando de que éste se había encerrado en el garaje y desde dentro había asegurado la puerta con una cadena para que nadie pudiese entrar.

El hombre amenazaba con quitarse la vida si acudían a la vivienda policías o ambulancias, por lo que los funcionarios de Policía Nacional dejaron los vehículos a distancia y se aproximaron caminando al domicilio, para no delatar su presencia.

Una segunda dotación se entrevistó con la familia, mientras la primera verificaba posibles vías para llegar al hombre, pero como con sus medios "era imposible acceder" llamaron a los bomberos, que llegaron "con celeridad" y con una pinza hidráulica empezaron a forzar la puerta.

Mientras abrían el hueco, uno de los agentes comprobó por un ventanuco que el hombre había terminado de colocar la cuerda, se había colgado por el cuello y estaba convulsionando. Los efectivos siguieron abriendo la puerta con las pinzas y las manos, y cuando el agujero fue lo suficientemente grande, uno de ellos se coló por debajo.

PARAR AL HOMBRE

El agente cogió con los brazos al hombre para impedir que siguiera asfixiándose, y poco después llegaron otros efectivos, que le ayudaron a sujetar al hombre y a cortar la cuerda, tras lo que le apoyaron en el suelo y verificaron que no respondía.

Entonces, le realizaron maniobras de reanimación y lograron que el varón se recuperase, pero, al volver en sí y recuperar el conocimiento, empezó a "resistirse y patalear". Debido a su masa corporal, tuvo que ser reducido entre cuatro policías y bomberos, que llegaron a atarle las piernas con cinta de embalar para controlarlo. Tras ello, el hombre fue trasladado en ambulancia a Povisa.

COORDINACIÓN

Los agentes y bomberos han destacado su coordinación y han refrendado que la situación era "inaccesible" porque el hombre "aseguró la comisión de lo que quería realizar" y desde el primer momento "bloqueó la comunicación bidireccional" con los actuantes. De hecho, han añadido, intentó autolesionarse incluso tras ser reducido.

En relación a ello, han lamentado que se tuvieron que echar encima del hombre "como si fuera un delincuente" cuando no lo es, pero han mantenido que la situación lo requirió para evitar que les causase lesiones a ellos o a sí mismo.

En este tipo de situaciones, han añadido, las complicaciones aparecen tanto a nivel técnico como anímico, donde al entorno se suman la familia y allegados, a los que también hay que tranquilizar y controlar porque se encuentran en una situación crítica. En este caso, han explicado que la madre del hombre intentó colarse en el garaje junto a los efectivos que pretendían salvarle.

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