Decidido a formar un Gobierno "cuanto antes", el líder del PP, Mariano Rajoy, afronta una semana clave, previsiblemente llena de tanteos y contactos exploratorios y discretos con los partidos y en la que parece estar ya decidido que su llamada al líder del PSOE, Pedro Sanchez, no se producirá hasta después del Comité Federal que los socialistas realizarán este sábado 9 de julio.

Entretanto, la consigna es no agobiar ni presionar a los socialistas, darles tiempo, aunque en el PP parece que empiezan a asumir que su opción preferida, la de un Gobierno de coalición con los socialistas ampliable a C's, es más que improbable. Y aunque de puertas afuera los dirigentes populares insisten en ella, con mano tendida y puente de plata al PSOE, el discurso ha empezado a virar hacia un rumbo más pragmático. Así al menos se desprende de las declaraciones que el propio Rajoy ha hecho este lunes, cuando ha planteado alcanzar "al menos" un "acuerdo de mínimos" en el que se "aparquen" aquellos temas en los que haya "discrepancias" y se incluyan los "grandes objetivos para los próximos años".

Entre estos objetivos, que según Rajoy deben estar "dentro del marco constitucional", ha citado, por este orden, los Presupuestos Generales del Estado para 2017, el techo de gasto y el cumplimiento de todos los compromisos europeo. Son, a su juicio, lo mínimo para poder contar "a la mayor celeridad posible" con un Gobierno que esté dotado de "estabilidad" para el "funcionamiento normal en el Parlamento". En el resto de cuestiones, el líder del PP ha admitido que las distintas fuerzas políticas tendrán que "poner en común" aquello en lo que estén de acuerdo y "aparcar" todo aquello en lo que haya "discrepancias". "España no puede permitirse que se repitan las elecciones una vez más, sería un disparate de extraordinarias proporciones", ha apostillado.

El pacto de mínimos lo plantea Rajoy una semana después de anunciar que, aunque no es su preferencia, está dispuesto a gobernar en minoría con apoyos puntuales. Y esa misma idea es lo que ha defendido este lunes ante los suyos en el Comité de Dirección del PP, donde ha reiterado su intención de que haya Gobierno en España para agosto como muy tarde, pero no ha dado ni un solo detalle sobre sus conversaciones y contactos. "La información está muy centralizada en el presidente del partido", ha afirmado al respecto el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, tras la reunión. Es Rajoy, pues, quien maneja su agenda, quien traza su ronda de llamadas y posibles encuentros, y será él quien vaya concretando.

De momento, en un clima de absoluta discreción, solo se sabe que el pasado jueves Rajoy habló con el líder de Coalición Canaria y presidente autonómico, Fernando Clavijo, con el que cerró una cita en La Moncloa para el próximo martes, a la que acudirá acompañado del secretario general de esa formación, José Miguel Barragán. Sigue la lógica así de reunirse primero con los partidos más pequeños y dejar para el final el encuentro con los más grandes, que son también los más complicados. "Es habitual empezar por los grupos con menos representación parlamentaria", ha dicho Casado, que ha insistido en que las conversaciones que haya de aquí al 19 de julio, día en que se constituyen las Cortes, son "preliminares y exploratorias", ya que oficialmente hay que esperar al encargo formal del rey.

Horas antes, en una entrevista en Onda Cero, Casado subrayaba que lo "adecuado" sería que Rajoy fuese con los deberes hechos a su cita con Felipe VI, es decir, con todo "acordado" para que, nada más recibir el encargo del monarca de intentar formar gobierno, "se resuelva todo" antes del mes de agosto.

Para ello, el vicesecretario de Comunicación ha insistido en que la intención del líder del PP es hablar con todas las fuerzas políticas, incluidas las independentistas (menos EH Bildu), pero ha hecho hincapié en que "en cualquiera de las opciones es el Partido Socialista el que tiene la capacidad de desbloquear". El PP considera que cualquier opción de evitar unas terceras elecciones "pasa de alguna forma por el respaldo o la abstención del PSOE", señala Casado. Y si esto no se decide en el Comité Federal de este sábado, se hará en otro más adelante, a su juicio.

No obstante, la directriz es no presionar al partido de Sánchez, y Casado la ha seguido. "No queremos presionar ni al PSOE, ni al Comité Federal ni a su secretario general, que evidentemente tendrá sus plazos y sus propios trámites para lograr el consenso de las federaciones o de la dirección federal. Simplemente apelamos a la responsabilidad que este partido ha tenido en circunstancias muy importantes en la historia reciente de nuestro país", ha manifestado, al tiempo que recordaba las tres modalidades de acuerdo que contemplan en el PP: "Un acuerdo para la investidura", como el que tuvo José Luis Rodríguez Zapatero en 2008; un "acuerdo de legislatura" como el que se logró con José María Aznar en 1996: o bien alcanzar un "acuerdo de gobierno en las distintas modalidades y variaciones que puede tener". Es decir, un Gobierno de coalición, que es la modalidad que persiguen, pero la menos plausible si se tienen en cuenta las posiciones públicas de PSOE y Ciudadanos.